El Consejo de Ministros ha aprobado este martes la creación de una Comisión Interministerial que organice y coordine las actuaciones relacionadas con el trío de eclipses solares totales que se verán desde España en 2026, 2027 y 2028, un fenómeno astronómico extraordinario que previsiblemente movilizará a cientos de miles de personas a los puntos donde haya buenas condiciones de observación y atraerá a turistas de todo el mundo. La comisión que afrontará los desafíos logísticos y de seguridad será también excepcional: estará formada por trece ministerios, coliderados por el de Ciencia, Innovación y Universidades (MICIU) y el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, al ser ambos los ministerios titulares de la Comisión Nacional de Astronomía. El primer eclipse solar total, en el que la luna tapará al sol completamente y el cielo se oscurecerá como si fuera de noche, se espera para el 12 de agosto de 2026. Puede considerarse único: desde 1905, no se ha visto un eclipse total solar en la Península Ibérica y España será el único territorio habitado donde se podrá observar. Casi un año más tarde, el 2 de agosto de 2027, se producirá otro eclipse solar total y un eclipse anular llegará el 26 de enero de 2028. Además de Ciencia y Transportes, en la Comisión Interministerial, presidida por el secretario de Estado de Ciencia, Innovación y Universidades, Juan Cruz Cigudosa, también estarán involucrados los ministerios de Defensa; Hacienda; Interior; Educación, Formación Profesional y Deportes; Industria y Turismo; Política Territorial y Memoria Democrática; Transición Ecológica y Reto Demográfico; Cultura; Economía, Comercio y Empresa; Sanidad y Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030. Además, participarán el Observatorio Astronómico Nacional, el Instituto de Astrofísica de Canarias y el Instituto de Astrofísica de Andalucía. La comisión se encargará de planificar y coordinar las acciones destinadas a garantizar la seguridad ciudadana cuando se produzcan los eclipses. Entre sus objetivos, estarán «diseñar las tareas de promoción turística, de divulgación científica y cultural, la atención a la seguridad, y la prevención y atención en materia de salud pública», según informa el Ministerio de Ciencia en un comunicado. Será necesario, por ejemplo, garantizar una movilidad segura, ya que se prevén desplazamientos masivos hacia las zonas donde mejor pueda observarse el eclipse total. Además, se deberá habilitar con servicios mínimos (suministros de agua y comida) los lugares donde un gran número de personas pueda acceder con sus coches a observar los eclipses. También se deberá prever el alto riesgo de incendios en estas aglomeraciones o proteger la vista de quienes acudan. La Comisión se constituirá en el plazo de un mes desde la entrada en vigor del real decreto que la regula y se considerará extinguida en 2028, cuando se hayan cumplido todas las acciones previstas en el real decreto. «Los eclipses son las mayores migraciones súbitas que se producen en la Tierra. Ni una catástrofe provoca el movimiento de tantas personas», asegura Javier Armentia, miembro de la comisión como representante de la red de planetarios españoles, Colectivo Tecnoplanetario. El astrónomo recuerda que el fantástico eclipse de agosto de 2026 sucederá «con España llena por vacaciones. Además, tendremos aquí a muchos europeos que no van a querer perderse el eclipse y vendrán a verlo», subraya. Por si fuera poco, en Madrid solo se verá un poco desde el área de Alcobendas, por lo que «todo el mundo querrá subir hacia Castilla». En la costa de Valencia tampoco se podrá ver bien, así que muchas personas también se desplazarán desde allí. Todo eso requerirá «una logística y seguridad vial muy importantes», subraya Armentia. A todo lo dicho hay que añadir «los desplazamientos imprevistos de última hora, que esté nublado en una localidad y la gente se quiera ir a otra. Muchos municipios tendrán que organizar zonas de acampada, acceso a baños y agua corriente...». Además, Javier Armentia advierte de que mirar el sol sin protección puede producir un daño en la retina para toda la vida. «Cada vez que hay un eclipse miles de personas sufren quemaduras que no se curan», dice. Por eso, y con la lección aprendida de otros eclipses en EE.UU, «queremos mitigar la desinformación, especialmente en comunidades rurales pequeñas, favoreciendo que haya gente preparada que explique el fenómeno en esas zonas». A su juicio, «lo que pase en 2026 será una lección para 2027 y 2028«. Para estar preparados, en Lerín, Navarra, celebrarán este 12 de agosto, con un año de antelación, un ensayo general del eclipse.
La NASA perderá de golpe y plumazo casi 4.000 trabajadores. Estos empleados, que suponen más del 20% de la fuerza laboral de la agencia espacial estadounidense, han aceptado la «renuncia en diferido» ofrecida por la administración Trump en su empeño por reducir los gastos gubernamentales . Una medida aparentemente contradictoria, ya que recientemente el presidente manifestó su deseo de priorizar los planes para las misiones tripuladas a la Luna y Marte. Según ha comunicado la NASA, alrededor de 3.000 empleados han participado en la segunda ronda de su programa de renuncia en diferido (DRP), que se cerró el viernes por la noche. Estos se suman a los 870 que se acogieron en la primera ronda y a las salidas del personal regular, por lo que el número de funcionarios públicos de la agencia se reducirá de más de 18.000 antes de que Trump asumiera el cargo en enero a aproximadamente 14.000. Quienes dejen la agencia bajo renuncia en diferido serán puestos en licencia administrativa hasta la fecha de salida acordada. Un portavoz de la agencia indicó que las cifras podrían variar ligeramente en las próximas semanas. «La seguridad sigue siendo una prioridad absoluta para nuestra agencia, ya que buscamos un equilibrio entre la necesidad de convertirnos en una organización más ágil y eficiente y el trabajo para garantizar que sigamos siendo plenamente capaces de alcanzar una era dorada de exploración e innovación, incluyendo la Luna y Marte», ha afirmado la agencia en un comunicado. En su solicitud de presupuesto federal para 2026, Trump propuso recortar la financiación general de la agencia en un 24 % y reducir drásticamente su presupuesto científico a casi la mitad. La Casa Blanca afirmó que quiere centrarse en « llegar a la Luna antes que China y enviar al primer ser humano a Marte«. China aspira a su primer alunizaje tripulado para 2030, mientras que el programa estadounidense Artemis ha sufrido repetidos retrasos. Recientemente, cerca de 300 empleados y exempleados de la NASA, más de la mitad de forma anónima, han firmado la 'Declaración Voyager', una carta en la que han rechazado los recortes «indiscriminados» de la administración Trump en la agencia. Según los firmantes, entre ellos cuatro astronautas retirados, estas medidas desperdician recursos públicos, comprometen la seguridad de los trabajadores, socavan los objetivos de la organización y debilitan la seguridad nacional. Científicos destacados fuera de la NASA, incluidos 20 ganadores del Premio Nobel, también apoyaron el escrito. La NASA está dirigida por un administrador interino después de que el hombre elegido inicialmente por Trump, el multimillonario tecnológico Jared Isaacman, amigo y colaborador de Elon Musk en sus aventuras espaciales, fuera finalmente rechazado por el presidente republicano.