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Eva Martínez (Madrid, 1974) lleva trabajando en el Museo del Prado desde 2012. Licenciada en Historia del Arte y formada como restauradora en la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, ha trabajado para el Museo de Historia de Madrid, Patrimonio Nacional y la Fundación Casa de Alba. En 2019 estuvo un mes en la National Gallery de Londres, como profesional del Prado, dentro del Getty Canvas Project. Entre las principales obras que ha restaurado en el Prado, el retrato ecuestre de la Reina Cristina de Suecia pintado por Sébastien Bourdon; 'La predicación de San Juan Bautista', de Massimo Stanzione, y 'La Transfiguración', de Penni, el cuadro más pesado de la pinacoteca. «Fue un trabajo complejo por la...
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De las míticas tertulias del Café Gijón en Madrid, en Zaragoza los «papirofléxicos» se fueron primero al Levante los lunes y luego, cuando fue cogiendo fuelle la reunión, saltaron al café del Teatro Romano los martes. Allí se pueden poner a plegar al unísono entre 15 y 75 personas. Un grupo de «bichos raros», como se describen dos de ellos, Jorge Pardo y Felipe Moreno, a quienes en su juventud atrapó «como un virus» para siempre el arte del plegado, una seducción que han plasmado en el EMOZ, la Escuela Museo de Origami de Zaragoza. Pardo y Moreno han cargado en los últimos doce años con este único rincón del mundo que exhibe obras originales (más allá de coleccionistas exponiendo...
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La capilla más célebre del mundo se prepara para devolver a su esplendor en 2026 una de sus joyas más imponentes. Sobre el altar de la Capilla Sixtina , el 'Juicio final' de Miguel Ángel ha sido, durante siglos, testigo silencioso de las votaciones que eligen al nuevo Papa, recordando a los cardenales que también ellos comparecerán un día ante Cristo para ser juzgados. Esa misma imagen es la que deja atónitos a los casi siete millones de turistas anuales que reciben los Museos Vaticanos. Fruto del impacto que tiene en la conservación la gran afluencia de visitantes, se ha decidido someter este fresco a una restauración extraordinaria, que comenzará en enero del próximo año y, según lo previsto, durará tres meses. El anuncio lo ha hecho en una entrevista a medios vaticanos el nuevo director de Restauración del Laboratorio de este museo, Paolo Violini, quien ha explicado que se trata de un mantenimiento adicional, que complementará al que se hace anualmente con un elevador mecánico. En cuanto a las fechas, ha anticipado que se debería «terminar en marzo, para poder despejar el muro antes del inicio de la Semana Santa». Durante ese periodo, el procedimiento a seguir será el siguiente: «Se instalarán andamios que cubrirán la pared. Consistirán en una docena de plataformas de trabajo con elevador que, para reducir los tiempos de trabajo y evitar obstruir la vista del público, nos permitirá trabajar con hasta 10 o 12 personas simultáneamente y tener una experiencia cercana con la obra«. El objetivo es seguir conservando en perfecto estado la que es considerada una de las obras más importantes de la historia del arte. El genio italiano la pintó entre 1536 y 1541. Se la encargó el Papa Clemente VII, aunque se finalizó con Pablo III. El fresco tiene en el centro a Jesús, con gesto firme y sereno, que concentra las miradas moderando el tumulto que lo rodea. A su alrededor, se despliegan más de 300 figuras, como si giraran en torno a su autoridad. Este no será el único proyecto que lleve a cabo el equipo de Violini. También sigue en marcha la restauración de cinco años de las logias de Rafael en el Vaticano, «catorce tramos de exquisitos estucos y frescos, obra de Giovanni da Udine y otros colaboradores» de Sanzio. De hecho, en los próximos meses, se terminará la sala 'Incendio en el Borgo'; una estancia cuyos frescos ilustran las aspiraciones políticas de León X a través de historias sacadas de la vida de dos papas anteriores que también eligieron el mismo nombre. Fue durante este pontificado cuando se le encargaron a Rafael estas pinturas, quien confió gran parte de la realización a los alumnos de su escuela. Para el nuevo director de este departamento, es «un sueño» poder completar esa sala: «Siempre pienso en Rafael porque trabajé en sus salas durante 17 años». Por tanto, continuar con esa restauración significa explorar «un momento importante en la transición entre Rafael y su taller». Esto se pudo ver, por ejemplo, en el Aula de Constantino, que fue devuelta al público hace poco más de un mes. Durante dicha restauración, se descubrió –a diferencia de lo que se pensaba hasta el momento, que era que el salón fue pintado exclusivamente por sus ayudantes– que dos de las pinturas alegóricas que decoraban la pared fueron terminadas por Rafael antes de morir, considerándose parte de su 'testamento espiritual'. Estos proyectos serán algunos de los retos a los que se enfrentará el equipo de Violini, que cuenta con 26 restauradores, a los que se suman colaboradores externos. Trabajan a diario en un laboratorio interno ubicado en el sótano del museo, que fundó en 1923. Todo comenzó en aquel momento con Biagio Biagetti. En 1931, Pío XI le encomendó la restauración del ' Juicio Final '. Paolo Violini sustituye ahora a Francesca Persegati, la primera mujer contratada en esta institución, en 1990. El nuevo director se dedica a la conservación de obras de las colecciones papales desde 1998. Comenzó su carrera, precisamente, como jefe de proyecto de las Estancias de Rafael, completando la sala de la 'Segnatura' en el año 2000 y la de 'Eliodoro' en 2012. El laboratorio de los Museos Vaticanos es más que un taller de restauración y conservación. Se trata de un lugar donde convergen la fe y el arte. No todo el mundo tiene la posibilidad de tener en sus manos obras maestras que se encuentran a lo largo de los siete kilómetros de recorrido que tienen peregrinos y turistas al visitar uno de los museos más conocidos del planeta.
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Jaime Monge es arquitecto de profesión y pintor de vocación. Sus obras han recorrido el mundo y él, tras ellas, ha descubierto lugares remotos donde las personas se identifican con sus pinturas. -¿Cómo empezó en el mundo de la pintura? -Ejercí como arquitecto durante mucho tiempo, pero siempre he pintado. Todo lo que hacía lo pintaba a mano. Desde un principio la arquitectura que pensaba era para las personas, era lo que daba vida a mis proyectos. Cuando regresé a España decidí ir un paso más allá y eliminar la arquitectura de esos planos y dejar los paisajes humanos. -Todo gira entorno a las personas... -Sí, observé que las personas tenían el sentido que necesitaba esa historia, y empecé a trabajar con eso. La persona como el centro de todo lo que hago. He evolucionado sobre este concepto que es muy filosófico, pero también muy gráfico y artístico. Al final es un elemento que me gusta como lenguaje, como firma de toda mi obra. -Esas personas con las que trabaja son en miniatura, muy minimalistas y abstractas. Cuando las pinta en conjunto, ¿qué representan? -Es muy interesante la forma de denominarlas abstractas. Y es que realmente tengo una intención de esquematizar a esas personas, quitarles los rasgos para poder generalizar y que todo el mundo se sienta parte de ellas. Que se queden como elementos caricaturescos y puedan conectar emocionalmente, incluso vivir las historias que hay dentro. Cuando esas historias se juntan, se generan paisajes humanos que tienen una segunda intencionalidad. Un concepto más general que gira en torno a momentos, memorias de playas, paisajes o elementos arquitectónicos, volúmenes y espacios que creo en base a mis vivencias. -¿Lleva su vida a los cuadros? -Todo lo pienso con respecto a mí y los pilares de mi vida. La familia, la amistad, el deporte son cruciales y toda mi obra la veo representada con la desfiguración de estos elementos. Pero tienen una connotación muy positiva porque me gusta que, lo que transmite mi obra, sea paz. Pensamientos muy geométricamente correctos que den paz y un poquito felicidad, buen rollo, que animen a mirarlo sin agobios. -En sus primeras pinturas trabajaba el blanco y negro, pero después ha incorporando mucho color. ¿A qué se debe este cambio? -Creo que la obra es el reflejo de la vida del artista, o debería serlo en parte, y en mi vida ha sido mi hijo el que ha aportado mucho color a todo lo que hago. Siento que he vuelto a la inocencia de la infancia de nuevo. Y lo que intento es crear conceptos más gráficamente felices con colores que transmitan, de forma rápida, esa felicidad. Siempre tratando de representarlo de una forma arquitectónica y geométricamente pensada para que esos conceptos funcionen. -¿Cómo encaja el diseño en estos conceptos arquitectónicos y tan personales? -Vengo de una familia de arquitectos y mi mujer es interiorista, todo mi entorno vive la arquitectura y el diseño. Además, creo que estos elementos tienen una nota común que es el arte y la creatividad. Me gusta el diseño porque creo que es llevar el arte a elementos diarios, pero que requieren de una gran creatividad porque hay más ataduras. Me gusta eso de llevar el arte a estos elementos. -Ha hablado de diversas artes, ¿hay alguna otra que le llame la atención? -Justo hace menos de una semana terminé una obra en la pared de uno de mis coleccionistas. Mi intención es, con alma de arquitecto, que mi arte sea volumétrico, que sea parte del espacio. Ahora estoy en un proceso de escultura, un proyecto muy bonito que verá la luz más adelante porque me gusta que todo esté bajo control y minuciosamente pensado. -Cuando comenzó sus proyectos, ¿contó con ayudas o becas? -La verdad es que no, porque empecé de forma muy orgánica y con una trayectoria muy a largo plazo. No sentí la necesidad de buscar ninguna subvención. Las artes plásticas cuentan con pocas ayudas del gobierno central, tenemos un IVA del 21% en galerías y del 10% para artistas. Lo que nos hace jugar en desventaja con otros países europeos donde existe un IVA reducido para el arte. A las galerías no se las considera cultura, pero si no tienes una que te represente no puedes ir a las ferias. Sí que existen iniciativas privadas y municipales, como el ayuntamiento de Madrid con Centro Centro, programando artistas contemporáneos vivos. Nosotros nunca lo hemos necesitado porque es un trabajo lento y no he tenido la necesidad de crecer de forma desorbitada. -¿Cuáles son sus referentes de la pintura y la arquitectura? -De la pintura son artistas que han trabajado mucho en contacto con arquitectos y que su arte tiene mucha geometría y conceptos muy claros, concisos y abstractos. La minuciosidad de Miguel Ángel, la atención al detalle de Jan van Eyck y la geometría abstracta del color de Wassily Kandinsky. Esos son más clásicos, pero actuales diría Basquiat, Tàpies y David Hockney. Luego, arquitectos como Tadao Ando, que tiene esa minuciosidad asiática, y Frank Gilbride, con líneas simples. -¿Se considera el heredero de Juan Genovés? -Genovés es un referente, un genio en su campo, y un iniciador de una técnica y de un movimiento artístico que es precioso. Por desgracia, no he podido ver mucho como eso durante estos años en el mundo del arte, no he visto tanta representación. No sabría decir si soy un heredero de su tipo de obra, porque intento ir por un camino más único y orientado a mi experiencia. Pero sin duda alguna siempre será una referencia. Es parte crucial de la evolución del arte en España, además de un referente mundial muy importante, si eres español hay que estar orgulloso. -Ha acudido a ferias internacionales como la Tokyo Art Fair en Japón y la Red Dot en la semana del arte de Miami. Además de nacionales como Estampa, la feria de arte contemporáneo de Madrid. ¿Cómo lleva esa parte del trabajo? -Tengo a mi representante, Carol, que se encarga de organizarlo y tenerlo muy controlado. Creo que es importante entender y conocer los diferentes mercados y las personas que hay en el mundo. Es muy interesante conocer a esa gente, cómo interpretan mi obra, qué es lo que se llevan de ella. En lugares tan cercanos como Berlín, tienen una interpretación mucho más cercana a mi obra, porque la arquitectura de esta ciudad tiene mucho concepto de ese perfeccionismo. -¿Cuál diría que es su público ideal? -Me gusta pensar que no tengo un público ideal. Por suerte, tengo coleccionistas de muchísimos lugares del mundo. Tanto muy jóvenes, que quizás sea la primera obra de su colección, como más experimentados o con más nombres, que han visto que mi obra era una parte crucial de su colección. Entiendo que el arte, en este caso, no tiene una limitación social o demográfica. También diría que tengo mucha conexión con los arquitectos. -Ha comentado lo diferente que es el público de Berlín, ¿qué más les distingue a ellos, y al mercado europeo, de España? -Te diría que es relativamente subjetivo, no tengo datos, lo que tengo son las experiencias con las personas. He hablado con coleccionistas de muchos lugares y mi obra ha viajado por todo el mundo, por suerte se han enamorado en todos lados. No tengo ni buenas ni malas cifras, ojalá todo el mundo pueda tener una obra mía, al final es lo importante. Tengo una buena experiencia con Europa y en España siguen mis fans número uno, porque es donde crecí y empecé a trabajar, y sigue creciendo mi legado aquí. -El mercado del arte está sufriendo una caída, ¿esto le está afectando de alguna forma? -En mi caso, como artista emergente, no he notado una caída. Ni subidas ni bajadas. Tengo bastante estabilidad dentro de mi momento específico de mi carrera. Hay mucha gente que le gusta mi obra y no he tenido esas bajadas. Creo que esas subidas o bajadas pueden ser para artistas más grandes, el mercado secundario y demás. -Y la Ley del mecenazgo en España, ¿tampoco le afecta? -La verdad es que a mí no me ha afectado. Creo que voy a un ritmo tranquilo en el que no tengo esa velocidad estrepitosa ni esas subidas ni bajadas. Intento no verme afectado, a veces es imposible por lo que sucede en el entorno, pero tiene que ser para un mercado un poco más grande.
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El conflicto sobre los bienes de Sijena parece no tener fin. A finales de mayo, el Tribunal Supremo ordenaba a Cataluña devolver las pinturas murales de la sala capitular del Real Monasterio de Sijena . El Alto Tribunal avalaba la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Aragón y condenaba al MNAC de Barcelona a restituir las obras al Real Monasterio oscense. Más de un mes después, prosigue la polémica entre Aragón y el MNAC por el regreso de las obras, pero ahora ha surgido un protagonista inesperado: el Museo del Prado. A petición del Gobierno de Aragón, el MNAC presentó la semana pasada toda la documentación que tenía en su haber sobre las pinturas murales desde que llegaron al...
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Palma se convierte estos días en un lienzo vivo de Joan Miró . Cuatro de sus espacios más emblemáticos – La Lonja, Es Baluard, el Casal Solleric y la Fundación Miró Mallorca – se unen en una ambiciosa propuesta que recorre casi siete décadas de creación del genial artista catalán. Un itinerario que presume, además, de la profunda simbiosis entre Miró y Mallorca, la isla que fue su refugio, su taller y su musa durante la última etapa de su vida y creación. Más de un centenar de piezas –pinturas, esculturas, dibujos, objetos y documentos– recorren la carrera del artista, desde sus primeros pasos en 1916 hasta sus últimas obras de 1981, abarcando así prácticamente toda su trayectoria creativa. Cada...
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Una obra de Salvador Dalí vendida por 150 libras (menos de 200 dólares) en una liquidación de viviendas en Cambridge hace dos años saldrá a subasta el 23 de octubre en Cheffins (Cambridge) , donde se espera que alcance entre 20.000 y 30.000 libras (entre 26.680 y 40.000 dólares), 200 veces su precio original, informa 'Art Net'. Titulada 'Vecchio Sultano' (1966) , esta obra, realizada en acuarela y rotulador, de 38 por 28 centímetros, representa a un sultán con un gran turbante enjoyado, inspirado en una escena de 'Las mil y una noches' . La obra, que ha sido certificada por Nicolas Descharnes , forma parte de una serie que Dalí hizo por encargo de Giuseppe y Mara Albaretto , una adinerada pareja italiana, en 1963. Inicialmente, le pidieron a Dalí que ilustrara una Biblia, pero el artista insistió en pintar algo más. Gabrielle Downie, socia de Cheffins, dijo en un comunicado que «si bien la obra de Dalí suele ser una de las más reconocibles, esta es una pieza inusual que muestra una faceta diferente de su práctica con la acuarela». El resultado fue una serie de ilustraciones de escenas de 'Las mil y una noches'. Dalí solo pintó 100 de las 500 obras previstas . Parece que este proyecto fue abandonado. De esas 100 obras, la mitad permaneció en manos de la editorial Rizzoli, que planeaba publicar el proyecto. Sin embargo, las obras se perdieron o sufrieron daños . La otra mitad quedó en manos de los Albaretto y posteriormente fue heredada por su hija Christiana, ahijada de Dalí. Las 50 obras que conservaban los Albaretto fueron publicadas en 2014 por Folio Society, lo que despertó el interés por este proyecto casi olvidado y la curiosidad por las ilustraciones perdidas. En 2023, un anticuario de Cambridge descubrió 'Vecchio Sultano' en una venta de liquidación de casas. Se ofreció en una subasta de Sotheby's en Londres el 25 de octubre de 1995. Fue adquirida por solo 150 libras. «La gente espera ver obras muy surrealistas de Dalí. Esta no es surrealista, pero es un Dalí», declaró Descharnes a 'The Guardian'.
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«Se ha dicho que 'Las señoritas de Aviñón' fue el primer cuadro que llevó la marca del cubismo, y así es. También se dice que estaba influenciada por el arte negro, pero eso no es cierto. ¿Recuerda el asunto en el que me vi involucrado cuando Apollinaire robó una estatuilla del Louvre...? Eran estatuillas iberas. Pues bien, si mira las orejas de 'Las señoritas de Aviñón', reconocerá las de esas mismas estatuillas». Picasso confesó que fue el arte ibero y no el africano, el que con su poder atávico le condujo a una experimentación que marcó un punto de inflexión en su carrera, llevándole al nacimiento de la modernidad con 'Las señoritas de Aviñón' y a la creación del cubismo (lenguaje con el que puso el arte patas arriba). Fue el historiador del arte James Johnson Sweeney el primero que analizó esa conexión entre el arte ibero y las obras precubistas de Picasso: en 1941 publicó en 'The Art Bulletin' el artículo «Picasso y la escultura ibera». Pero, sorprendentemente, nunca se había abordado este asunto en una exposición. Lo hizo el Centro Botín de Santander en 2021. Un nuevo estudio sugiere que 'Las señoritas de Aviñón' (1907), obra maestra de Pablo Picasso podría haberse inspirado en los frescos de las iglesias medievales de los Pirineos españoles en lugar del arte africano, como muchos historiadores del arte han sugerido anteriormente, según informó primero 'The Times' y después otras publicaciones como 'Art News'. El célebre lienzo, que se halla en la colección del MoMA de Nueva York , representa a cinco mujeres desnudas, prostitutas de un burdel de la calle Aviñón de Barcelona. Picasso pintó el cuadro tras una visita al Museo de Etnografía del Trocadero en junio de 1907. Sin embargo, el artista intentó distanciar la obra del arte africano que vio allí. «¿Arte negro? No lo conozco» , dijo Picasso en una entrevista de 1920. El coleccionista francés y, según él, «detective de arte» Alain Moreau , afincado en Barcelona, ha publicado un artículo en el Boletín de la Real Academia Catalana de Bellas Artes de Sant Jordi , titulado 'Picasso y el arte primitivo. Los 'negros' de Picasso salen de la Cataluña francesa', donde afirma que el interés de Picasso por el arte y los objetos africanos comenzó después de haber terminado 'Las señoritas de Aviñón'. Advierte que la inspiración se puede encontrar entre los frescos ahora perdidos de la iglesia de La Vella de Sant Cristòfol en Campdevànol (Ripollés) y en las pinturas románicas de Sant Martí de Fenollar en las estribaciones de los Pirineos franceses al sur de Perpiñán. Como parte de su investigación, Moreau repasó los viajes del artista, incluyendo un posible desvío camino a Gósol en 1906. Joan Vidal Ventosa, amigo y amante del arte, sugirió a Picasso visitar estos lugares. Las pinturas presentan características similares a las de 'Las señoritas de Aviñón', como las marcas faciales, las formas angulosas y las paletas de colores. Según Moreau, la máscara africana que se exhibió junto a 'Las señoritas de Aviñón' en una retrospectiva de 1939 en el Museo de Arte Moderno de Nueva York no llegó a Europa hasta 1935, casi tres décadas después de la finalización de la pintura. Sin embargo, en aquel momento, Alfred Barr afirmó que la máscara inspiró directamente la obra.
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Desde Aix-en-Provence, la montaña de Sainte-Victoire aparece como un inmenso altar de piedra rodeado por viñedos y olivos. Paul Cézanne la pintó más de 80 veces, en unas armonías cada vez más tenues y con formas cada vez más reducidas a planos geométricos. Al medirse con este monumento de la campiña provenzal, que conocía desde niño, el pintor adquirió un punto de referencia permanente frente al que desarrollar su estilo y ver el giro que tomaban sus investigaciones. Era un objetivo que se le aparecía a chispazos y que compartía con su amigo el poeta Joachim Gasquet: «Tengo necesidad de conocer la geología, cómo la montaña de Santa Victoria se enraíza, cuál es el color geológico de sus tierras y...
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El escultor y pintor Mariano Jerónimo Vilallonga inaugura mañana su nueva exposición 'Itinerarios de la resistencia: 58 eran 83', un proyecto artístico que transforma un recorrido físico y simbólico en una cartografía sensible, poética y escultórica. Esta muestra podrá ser visitada por el público en el Centro de Arte Alcobendas hasta el 7 de septiembre de 2025, ofreciendo durante casi dos meses una experiencia inmersiva y reflexiva en torno al desplazamiento, el paisaje y la memoria. Concebida como un gesto tanto poético como físico, esta propuesta nace del intento personal del artista de trazar y recorrer una línea recta, imaginaria pero intencionada, entre dos refugios: uno situado en la ciudad y otro enclavado en la montaña. La idea era no desviarse, mantener la línea pura, directa. Ese trayecto ideal, representado con el número 58, fue pronto desafiado por las irregularidades del territorio real, que lo transformaron en un camino distinto, más largo y más complejo: el número 83. Este nuevo recorrido fue moldeado por obstáculos inesperados, decisiones inevitables, desvíos obligados y por la memoria del propio terreno, lo que lo convirtió en un acto de resistencia frente a la linealidad y la planificación. «Esta exposición es fruto de mi anterior trabajo, que estaba muy relacionado con todo lo que tenía que ver con la naturaleza y lo artificial», explica el artista a ABC. El artista reconoce que el aprendizaje que saca de este proyecto es el propio camino el que lo ha marcado. «Al final, esta es una exposición que surge de un camino, no es una exposición que surja de tu cabeza. El propio camino te va dictando cómo tiene que ser todo, y al dictártelo, te mete en nuevos materiales y en nuevas formas de crear cosas que nunca había trabajado». A lo largo del proyecto ha aprendido a trabajar el aluminio, el hormigón, la madera… todos estos materiales. La piedra, por ejemplo, nunca la había utilizado, y ha sido un aprendizaje sobre todo de ,material y de trabajo físico. También ha habido un aprendizaje mental, aunque en menor grado: «Aprendes a ver el mundo de una manera diferente. A ver lo pequeño que es el mundo, porque empiezas a calcular las distancias de otra forma. Aprendes a medir a través del cuerpo humano, que es algo que creo que nadie aprende con libros ni con información». En la sala expositiva, toda esta experiencia vital toma forma concreta a través de un «bosque» de columnas-tótem, estructuras verticales que condensan materiales recolectados por el artista durante ese viaje. Cada columna es una especie de contenedor de huellas, residuos, fragmentos del camino. Estas piezas están acompañadas por cuatro esculturas monumentales realizadas también por Vilallonga, que representan distintos estados del cuerpo y del ánimo en el trayecto: andar, caer, vigilar y descansar. Además, un extenso mural cartográfico narra, por medio de silencios, vacíos, fragmentos y líneas interrumpidas, tanto lo que fue transitado como lo que pudo haber sido. La exposición es también una reflexión profunda sobre la reconciliación entre la naturaleza y la ciudad, entre el barro y el cemento, entre lo salvaje y lo construido. Y, sobre todo, es una meditación sobre el caminar como forma de pensamiento, de resistencia silenciosa y de conexión con el entorno.