-
Hace cinco años (el 23 de marzo de 2020, concretamente) falleció Juan José Luna , uno de los nombres más queridos del Prado , museo en el que ingresó como conservador en 1980. Desde 1986 fue jefe del Departamento de Pintura Francesa, Inglesa y Alemana y, desde 2003 hasta su jubilación en 2016, responsable de pintura del XVIII. Además de su sabia faceta como conservador, se tornó en uno de los principales benefactores del Prado, al que designó heredero universal de sus bienes en un testamento con fecha de 25 de mayo de 1995. La herencia incluía una vivienda, de más de 300 metros cuadrados, en la avenida Menéndez Pelayo de Madrid, que fue subastada en 2021 por 3.230.000 euros...
Ver Más
-
La jornada arranca sin descanso en el Museo Naval de Madrid tras un Día de la Hispanidad muy agitado. Después de la tempestad que supuso el ataque con pintura contra una de las muchas joyas que atesora la exhibición, el cuadro de José Garnelo titulado ' El primer homenaje a Colón ', conservadores, restauradores y operarios continúan la ardua tarea que supone devolver su gloria a este lienzo que se dio a conocer en 1892. El golpe más inmediato ha sido detenido, según explica a ABC la directora técnica del centro, Berta Gasca , pero la realidad es que la obra «necesitará otro tipo de intervención a largo plazo» que podría costar «miles y miles de euros». Con todo, la experta insiste en que llevará tiempo dirimir el tipo de restauración integral que habrá que acometer. A pesar de ello, lo que se tiene claro desde la institución es que este ataque no privará a los visitantes de disfrutar de una de las obras magnas de Garmelo. «Seguiremos enseñando el cuadro con sus heridas», confirma a este diario el vicealmirante Enrique Torres Piñeyro frente a este colosal lienzo de 6 metros de ancho y 3 de largo. El director del Instituto de Historia y Cultura Naval (IHCN), organismo del que depende el Museo Naval, pone el foco sobre la «rápida reacción que hubo desde el primer momento» por parte de los restauradores, del personal militar y hasta de varios voluntarios externos que interrumpieron su domingo para ayudar a paliar, en la medida de lo posible, la tragedia. El capitán de navío, Juan Escrigas, director del centro, se une a estas loas: «La ayuda ha sido increíble, y quiero agradecerla a todos». Y todo ello, mientras el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, guarda silencio y no se pronuncia sobre el ataque de Futuro Vegetal. Bullen de vida los pasillos del Museo Naval; y eso, a pesar de que los lunes permanece cerrado al público. Aunque hoy hay un protagonista indiscutible: el cuadro de Garnelo. Una escena inocente que muestra cómo un grupo de nativos americanos ofrece regalos a Cristóbal Colón y a sus hombres el 12 de octubre de 1492. Casi siglo y medio de obra de arte que, el domingo, se convirtió en el objetivo de la ignorancia ecoterrorista. La historia corre rauda de sala en sala, pero el primero en vivirla fue un hombre con nombre y apellidos: Daniel Vasile Antal , de 57 años. Poco después de que el centro abriera sus puertas, pasado ya el mediodía, dos chicas se acercaron a este guarda de seguridad. «Una de ellas me preguntó dónde estaba el baño», afirma a ABC. Minutos después volvió a saber de ellas: «Cuando hacía la ronda, vi que estaban frente al cuadro. Después, escuché unos gritos». Según recuerda, serían las dos menos cuarto de la tarde cuando arrojaron pintura roja sobre la mitad izquierda del lienzo. «No sé que dijeron. Una protesta sobre el Día de la Hispanidad , creo». En segundos, se abalanzó sobre ellas para detenerlas. «Me resbalé en la pintura, pero las agarré mientras caía», sentencia. Está convencido de que su reacción fue instintiva. «No me había pasado una cosa así desde que llegué de Rumanía en 2008, pero es sencillo: cuando ves que alguien hace algo malo, debes actuar lo más rápido posible». Tras inmovilizarlas, dos agentes de paisano que visitaban la exposición –guardias civiles, según afirma– le ayudaron a inmovilizarlas mientras llamaban a las autoridades. A partir de ahí, todos los mecanismos de la institución se pusieron en marcha. «Yo estaba con mis padres, íbamos a empezar a comer… y sonó el teléfono. Era el subdirector para informarme de lo que había pasado», señala Gasca, recién llegada tras prestar declaración sobre los hechos. La directora técnica pidió que le enviaran unas fotografías para valorar los daños y se confirmó lo peor. «Hablé entonces con el equipo. Todos acudimos al Museo Naval. Muchos estaban de viaje, pero lo interrumpieron», completa. En menos de una hora, un equipo de siete personas estaba en las instalaciones para iniciar las labores de limpieza, y a contrarreloj. «Desde el principio, vimos que la clave era que la pintura no se secara», expone. Una de las muchas que acudió a la llamada de Gasca fue Regina Zurdo , conservadora y restauradora titular del Museo Naval. Según afirma a este diario, ella también llamó a varias amigas del gremio. «Nos avisamos unos a otros. Al final vinieron varios voluntarios. Entre ellos, una persona del Museo del Prado que nos ayudó con la limpieza inicial», sentencia. Todo a la velocidad del rayo; porque, como insiste la directora técnica, solo era cuestión de un suspiro que el pigmento supersaturado causara estragos. «Bajamos el cuadro y empezamos a retirar toda la pintura, que estaba chorreando». Primero con papel y algodón; luego, con hisopos. Y lo hicieron durante cuatro horas, tras llevar a cabo diferentes pruebas para elegir qué producto era menos invasivo. Contenido el tifón inicial, ahora toca detenerse a analizar los daños, que serán a largo plazo. «Por el momento, hemos visto que las escorrentías han pasado al barniz. Hay micro lugares en los que tendremos que estudiar el alcance», explica Gasca. A su lado, Zurdo señala la marca que ha dejado uno de los chorretones: «La pintura, al caer, ha pasmado el barniz. Eso quiere decir que se meten partículas de agua entre sus fisuras y que se queda blanquecino. Durante la limpieza ese proceso ha aumentado, pero no había otra forma de hacerlo para evitar daños mayores». Para colmo, al remover la pintura roja se ha arrastrado polución que está en superficie, lo que ha generado «zonas más claras que habrá que restaurar». La directora técnica lo tiene claro: el proceso será largo, laborioso y costoso, de «miles y miles de euros». De poco vale que, según han afirmado tras otros tantos ataques grupos como Futuro Vegetal , la pintura que arrojan sea biodegradable y ecológica. «Para empezar, no creo que lo sea, porque algunos miembros del personal han tenido reacciones alérgicas. Pero es que ninguna es inocua. Cualquier material que se aplica a otro produce una serie de reacciones químicas que nosotros no podemos valorar hasta que no procedamos con los análisis», completa Gasca. En sus palabras, aunque hayan «retirado la capa visible», todavía hay residuos que «no se han quitado» y de los que costará mucho deshacerse. «Por eso no podemos restaurar el cuadro de hoy para mañana. Esto tendrá una repercusión muy grave en la obra», añade. Los daños no se limitan al lienzo, que ya sería mucho decir. A la vera de un carro con todos los productos necesarios para rematar la limpieza inicial, desde agua ionizada hasta algodón, Gasca señala unas manchas rojas en el techo y una vitrina y un cañón que también han resultado dañados. «El marco también habrá que restaurarlo», suscribe. Al final, asevera, se va a tener que invertir mucho dinero en devolver a la vida un cuadro que estaba muy bien conservado. «El gasto va a ser considerable. Cuando restauras una obra de arte así, lo tienes que hacer de forma integral, no se puede hacer por partes», sentencia. Con todo, Escrigas prefiere acabar en positivo. «Es un orgullo lo que se vivió aquí ayer. Cuando llegué ya se habían personado la directora técnica y muchos restauradores. En apenas veinte minutos estábamos en marcha. El trabajo ingente que se ha hecho ha sido excepcional, y lo ha sido por su respuesta y por su cariño». Según explica, mucha gente le escribió para decirle que aquello había sido un milagro, pero no lo fue. «El milagro se llama cariño y esfuerzo, y eso es lo que han mostrado todas las personas que vinieron ayer».
-
El día de la Hispanidad ha sido muy especial en el Museo Naval de Madrid . Ha sido histórico, por el zafarrancho que se ha originado con el fin de dejar sin consecuencias el atentado de dos activistas contra una de las obras de arte más conocidas que alberga, 'El primer homenaje a Colón', cuadro de José Garnelo. Fue conocerse la noticia y producirse un fenómeno que demuestra la importancia de tener un gran equipo, como tiene el Naval. Hasta las dependencias técnicas ha llegado todo el personal militar y científico , nada más confirmarse la gravedad del ataque, siendo el día festivo que era, el que las Fuerzas Armadas consideran su día grande . Y más ayuda llegó, según nos cuentan, de restauradores y conservadores ajenos al museo, que trabajan en instituciones vecinas y que no dudaron en acudir para prestar toda la ayuda necesaria. Hoy nadie ha comido allí, no han parado desde el minuto uno hasta que el trabajo se concluyó, ni se ha movido nadie de su puesto para que todo el mundo pudiera trabajar con todo lo que se necesitase. Todo ha quedado en un susto, pero podría haber sido una pérdida muy importante para el patrimonio. El ataque efectuado a primera hora de la tarde de hoy sobre el cuadro de José Garnelo ha sido un acto grave que ha puesto en riesgo una de las obras de pintura histórica fundamentales de las colecciones públicas. Como ya ocurriera en noviembre de 2022 con las Majas de Goya en el Prado, dos activistas de una organización llamada Futuro Vegetal, se situaron delante del cuadro, extrajeron de sus bolsas tubos de pintura y las arrojaron contra el óleo sin contemplaciones, alcanzando buena parte de la obra, la pared y el mobiliario, sin dejar de gritar. A nadie le importa ya por qué gritan. Lo único que importaba ayer era salvar el cuadro de gran tamaño, seis por tres metros, un óleo pintado en 1892 que lleva en el Museo Naval desde 1981. Nada más producirse el ataque, el Naval se llenó de especialistas , los de la casa, el equipo comandado por la directora técnica, Berta Gasca . Y también el personal militar del museo, encabezado por su director, el capitán de navío Juan Escrigas . Zafarrancho de combate contra la ignorancia de los ecoterroristas, gente que cree que una causa se puede defender con la barbarie. Los activistas están dispuestos a todo por lograr que «se termine con las subvenciones a la ganadería y las emplee para promocionar alternativas social y ecológicamente responsables». ¿En qué cabeza cabe que eso se puede lograr poniendo en peligro obras de arte? Afortunadamente los mejores especialistas se pusieron manos a la obra y a eso de las 9 de la noche han concluido los trabajos de limpieza para poner a salvo la pintura. Más de seis horas de intenso trabajo en equipo. El cuadro fue descolgado en la misma sala en la que se produjo el ataque. Allí se pusieron manos a la obra para detectar el mejor método para retirar la pintura. Según han comentado, se trata de un pigmento supersaturado, que los activistas tildan de biodegradable y que, afortunadamente, ha podido ir siendo retirado con paciencia y agua. Pero esto no ha terminado. Salvado el cuadro y limpia la capa pictórica del pigmento, ahora hay que comprobar, en un estudio profundo, cuál es el alcance microscópico , así como el comportamiento de los barnices que protegen el óleo y pueden haber sufrido un deterioro. También saber si ese deterioro es reversible o necesitará una restauración más a fondo. Sería ingenuo pensar que esta barbarie repetida ya contra obras de Goya en el Prado y contra la fachada de la Sagrada Familia es algo loable. ¿Por qué debe un museo asumir los gastos de una operación como esta y no deben pagarlo los activistas que han provocado el desaguisado, como se hace con rescates de montaña, cuando media la imprudencia? ¿No es lo ocurrido hoy en las salas del museo un caso de imprudencia temeraria? El patrimonio es algo que debemos cuidar y es de todos, del conjunto de la sociedad. Los especialistas saben que cualquier día habrá una desgracia irreparable con alguna obra de arte, porque por más que los activistas traten de medir el impacto de sus acciones, su actitud es irracional y algún día tendrá consecuencias. Y sobre todo, el ataque, una obra maestra de la estulticia, abre muchas preguntas: ¿porqué una organización cree que una causa está por encima del civismo y el respeto a la cultura? ¿No es esta barbarie comparable a todas las supuestas amenazas que pretenden mitigar? ¿Acaso se puede acabar con una industria atentando contra cuadros? ¿Qué harán cuando esta serie de actos ya no tenga el efecto deseado, subirán las apuestas? ¿Dónde pondrán el límite? La historia de este cuadro es muy interesante. Se dio a conocer en la Exposición Internacional de Madrid de 1892 por el IV Centenario del Descubrimiento. Tras unos cambios con respecto a la composición original posiblemente por las críticas recibidas, fue también la pintura premiada en la Exposición Universal de Chicago en 1893. El lienzo fue depositado en el Museo Naval por el anticuario Manuel González López en 1981 y con posterioridad fue adquirido por Juan Alvargonzález González, miembro del Patronato del Museo Naval, que realizó una donación en 1996, pasando de este modo a formar parte de la colección del Museo Naval.
-
Entre 1634 y 1635 a Velázquez se le acumulaba el trabajo. Aparte de los cinco retratos reales ecuestres encargados para el Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro (los de Felipe IV, Isabel de Borbón, el Príncipe Baltasar Carlos, Felipe III y Margarita de Austria), tenía entre manos 'La rendición de Breda' ('Las Lanzas'), además de otros encargos para el Real Alcázar y la Torre de la Parada, el pabellón de caza. Por ello, el maestro se vio obligado a recurrir a colaboradores que le ayudaran. Uno de ellos fue Juan Bautista Martínez del Mazo, que se casaría con su hija Francisca. Velázquez se reservó pintar personalmente los dos retratos ecuestres más importantes: el de Felipe IV y el...
Ver Más
-
Madrid acoge hasta el próximo 1 de noviembre la exposición pictórico-literaria, Frágiles . Esta es un ejemplo de arte con conciencia social, que busca despertar la sensibilidad y empatía hacia todo aquello que nos rodea y que puede considerarse frágil y vulnerable. La obra pictórica del extremeño Damián Retamar examina nuestro entorno social, natural, y ecológico con una mirada humanitaria que busca ser, además de una rica experiencia visual, un incentivo educativo y cultural cuyo mensaje trasciende lo meramente artístico. «Más allá de la pintura, su carácter y filosofía de ámbito nacional e internacional, viene dado por la hondura de la vertiente literaria que complementa la exposición, y la personalidad de su variado ramillete de autores. De poetas a filántropos, pasando por abogados, políticos, empresarios, cantautores o responsables de ONGs», explica el artista. Tras pasar por Mérida, Córdoba , Almería, Lugo, Badajoz, Plasencia, Trujillo, Cáceres, Ubrique, Plasencia o Campo de Criptana, la exposición por fin llega a Madrid, en un momento especialmente trascendental para poner el foco en la enorme fragilidad que rodea a sectores azotados por las guerras o las crueles políticas migratorias. Las obras pictóricas presentes en la exposición están realizadas con una técnica mixta. El soporte es cartón recogido de contenedores de reciclaje proveniente de cajas de embalaje, lo que refuerza el mensaje de la fragilidad, al figurar en ellos, y como parte de la obra, la palabra «frágil o muy frágil». Arte aprovechando materiales desechados por la sociedad. Uno de los detalles trascendentales de la obra de Retamar es que está unido a la vertiente literaria gracias a la personalidad de los numerosos autores que forman parte de ella. Pasando de poetas, a filántropos, incluyendo a abogados, políticos, cantautores o responsables de ONGs. Figuras tan socialmente relevantes como el chef José Andrés , los cantautores Joaquín Sabina, Luis Pastor y Amancio Prada , la abogada y política Cristina Almeida, el popular Padre Ángel, el actor Pepe Viyuela, la escritora Carmen Posadas, el naturalista Joaquín Araujo, la bióloga Sandra Díaz (premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2019), las presidentas de Amnistía Internacional y el Comité Español de ACNUR, o los poetas Luis Alberto de Cuenca, Inma Chacón o Carlos Clementson, Julian Quiros (director de ABC) o Antonio Hernández Mancha, expresidente de Alianza Popular, han apoyado el proyecto con sus textos en torno a la fragilidad. Prosa y poesía, opinión y reflexión, que complementa y amplifica la mirada de cada una de las obras de Damián Retamar
-
El Museo del Prado reabre su galería central tras la renovación cromática acometida durante las últimas semanas. Desde este miércoles, los visitantes pueden acceder a este espacio que alberga los grandes lienzos de Tiziano , Tintoretto , Veronés y Rubens con un nuevo fondo azul concebido para destacar la arquitectura histórica de Villanueva y el brillante colorido de estas pinturas. Culmina también la nueva instalación de las esculturas de los Leoni con la incorporación de las piezas dedicadas al emperador Carlos V y la emperatriz Isabel de Portugal . Además, se ha renovado la museografía de la colección permanente que incluye nuevas cartelas, catenarias y peanas para las piezas. La intervención se ha desarrollado en dos fases entre septiembre y octubre de 2025. La galería central, abierta desde 1821 , es la columna vertebral de la colección permanente del Prado. A lo largo de más de dos siglos, su aspecto ha experimentado sucesivas transformaciones cromáticas y arquitectónicas que han reflejado los cambios de sensibilidad estética y las tendencias expositivas. En esta ocasión, la elección del azul responde tanto a criterios históricos como artísticos. Se trata de un color con una fuerte tradición en la pintura europea, utilizado por maestros como Velázquez, Murillo o Tiziano, y que ya había mostrado su efectividad en la reciente exposición 'El Greco. Santo Domingo el Antiguo' . El contraste vibrante con las colecciones de pintura italiana y flamenca realza la fuerza de las composiciones y aporta monumentalidad al espacio. La intervención ha incluido, además de la pintura de muros, una revisión de los sistemas de iluminación y la reorganización museográfica de algunas de las piezas expuestas. El resultado ofrece un montaje más armónico, que potencia la experiencia del visitante y actualiza la presentación de uno de los conjuntos más destacados de la colección. Esta renovación se suma a la larga tradición de intervenciones en la galería central: desde la reforma de Pedro Muguruza en los años 20, la climatización en los 80 o la recuperación de ventanales en 2011, hasta el montaje de la exposición 'Reencuentro' en 2020. Ahora, con el nuevo azul, el Prado abre una etapa cromática en su espacio más representativo.
-
El Tribunal Supremo ha confirmado que la japonesa Fumiko Negishi es coautora de 221 obras pictóricas del pintor Antonio de Felipe y ha desestimado el recurso que De Felipe presentó contra una sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid del año 2021 que declaraba que una exayudante de su taller, Negishi, era coautora de más de 200 obras suyas . La sentencia recoge que «está acreditado que Fumiko Negishi mantuvo una relación de colaboración con De Felipe durante años, y que pintaba cuadros en el estudio del pintor siguiendo las indicaciones de este». El Supremo ha rechazado ahora el recurso de De Felipe contra la sentencia de la Audiencia de Madrid, al considerar que esta incluye la argumentación necesaria para considerar que la aportación de Negishi en estas obras es suficiente para considerarlas también suyas. En este sentido, la Sala Civil del TS ha destacado que la Audiencia Provincial no niega por completo a De Felipe su autoría sobre las obras, sino que declara que existe una coautoría por la relevante contribución de Negishi. «No se trata de entender que cualquier ayudante técnico (de taller) pueda considerarse autor de una obra de pintura en cuya ejecución haya intervenido, sino que en el presente caso era D.ª Fumiko quien en la soledad del taller -se estima acreditado en la instancia que pintaba sola- era capaz de plasmar en el cuadro las ideas o bocetos de D. Antonio y, aun cuando recibiera indicaciones o instrucciones, ello implica tomar decisiones y plasmar su personalidad en cada cuadro», señala el TS. Negishi formuló en 2017 una demanda en la que reclamaba su autoría o coautoría de 221 obras de De Felipe. Un Juzgado de lo Mercantil desestimó su demanda , y argumentó que exigiría que los dos autores hubiesen trabajado en plano de igualdad, sin jerarquía ni subordinación alguna. Sin embargo, la Audiencia de Madrid estimó en 2021 el recurso de apelación presentado por la artista japonesa contra esa primera decisión, y estimó su demanda como coautora de las obras. Sin discutir el papel de De Felipe, consideró entonces que Negishi tuvo un rol relevante en su ejecución. La Audiencia concluyó que «el resultado final fue el fruto de una suerte de simbiosis artística fruto de la colaboración entre dos profesionales de la pintura, uno capaz de imaginar escenografías sugestivas, D. Antonio de Felipe, y otro capaz de expresarlas en un lienzo, Dª. Fumiko Negishi, en colaboración con aquel e incluso accediendo a sus indicaciones, en la fase de ejecución de la obra pictórica». Por ello, «rechazó que la tarea de Negishi fuese una pura labor mecánica, como si no hubiese sido más que una simple herramienta del demandado para pintar».
-
Tras su paso, con gran éxito de público, por el Centro Botín de Santander , el Reina Sofía recibe por todo lo alto a Maruja Mallo (Viveiro, Lugo, 1902-Madrid, 1995) , una de las artistas más singulares y fascinantes del siglo XX en España, con la que este museo «tenía una deuda demasiado tiempo esperando ser saldada», según su director, Manuel Segade . Una monumental lona con una impresión de 'La verbena', uno de sus cuadros más famosos, que se halla en su colección, cuelga en la fachada de Sabatini, cubierta de andamios por su puesta a punto. En la entrada principal, artesanos de la Asociación Conchas y Flores de Bueu (Pontevedra) se afanaban este martes para crear una alfombra...
Ver Más
-
Siguen a buen ritmo las obras de ampliación en el Museo de Bellas Artes de Bilbao . Un museo que en realidad son tres edificios: el de 1945 , diseñado por Fernando Urrutia y Gonzalo Cárdenas; el de 1970 , de Álvaro Líbano y Ricardo Beascoa, y el que verá la luz en junio de 2026 , que sobrevuela los dos anteriores, sin tocarlos, respetando ambas arquitecturas y recuperando su diseño original. Se trata de 'Agravitas' , el plan diseñado por Norman Foster y Luis Maria Uriarte - algunos lo han bautizado como 'la chapela'- , que ya va tomando forma y que acogerá una gran sala de exposiciones temporales y, como novedad, la colección de diseño y arquitectura. Con...
Ver Más
-
La mirada de Elvira Navarro descubre grietas imperceptibles en la realidad, a contrapelo de lo que damos por sabido. Sus personajes, desnudos frente a la paradoja de vivir, hallan caminos incómodos que nos reflejan: la señora que descubre que su lavadora aclara con sangre, la hija que lucha contra el alzhéimer de su madre en una residencia, el empleado de carreteras que acaba con un extraño zoo en casa, los enfermos que se aman con una perversión natural, inesquivable. Nada es lo que parece. Hablar con ella es descifrar el asombro, las emociones difíciles que pueblan los relatos de 'La sangre está cayendo al patio' (Random House). Nueve relatos magistrales, llenos de misterio, que permiten encontrar nuevas lecturas a nuestra...
Ver Más