Considerar:

Los amigos se convierten con frecuencia en ladrones de nuestro tiempo.

Platón (427 AC-347 AC) Filósofo griego

Terrazas del Rodeo

ABC - Teatro

Teatro
  1. La Novena de Beethoven es la obra más conocida del compositor alemán y su cuarto movimiento, conocido como el 'Himno de la Alegría', se ha convertido en canto universalmente asociado con la libertad y la solidaridad. Doscientos años lleva esta obra en el repertorio de las mejores orquestas del mundo, bajo las batutas de los maestros más relevantes del panorama musical, con muchas traducciones, pero nunca en castellano. Sin embargo, la traducción a la lengua española ha sido posible gracias al maestro Ernesto Monsalve y Carlos Aganzo, que con valentía y buen hacer, se han adentrado en esta aventura de la mano de la Joven Orquesta Sinfónica de Valladolid, el coro Filarmonía, los Coros de Castilla y León y el Orfeón Complutense. «Ha sido una experiencia indescriptible. Era un reto, había muchísimos prejuicios y una barrera inexplicable, pero lo hemos sacado adelante y con éxito», asegura Carlos Aganzo a ABC, que se encargó de la traducción de la obra. Se estrenó en abril en Valladolid, pero este sábado llega al Auditorio Nacional de Madrid. La propuesta llegó del director de orquesta Ernesto Monsalve, que tuvo el encargo de dirigir la obra con su Joven Orquesta de Valladolid con motivo del bicentenario del estreno de la Novena de Beethoven. En 200 años, se había traducido en varios idiomas pero nadie había traducido la obra al español, concretamente el poema de Friedrich Schiller. Y cuando Monsalve se puso en contacto con Aganzo, su implicación fue inmediata y se pusieron manos a la obra. Traducir el poema y adaptar las sílabas con el canto en la partitura no es fácil y esta tarea les llevó un año entero de trabajo. «Mucha parte del trabajo había que transformarlo sobre la marcha y ver cómo respiran los cantantes y como funcionan. Había que cambiar palabras para encajarlas en la partitura a la perfección», asegura Aganzo. «¿Cómo traer ese lenguaje arcaico?», se preguntaba muchas veces. Es un lenguaje de hace doscientos años en un momento muy concreto de la historia, de modo que traerlo a nuestros días era una gran incógnita. «Es necesario mantener el tono solemne, pero es necesario eliminar también algunos arcaísmos que puedan resultar excesivos para los que cantan y escuchan. Hay que hacer una traducción fiel a lo que se dice, pero un poquito cercana a nuestro tiempo». La Joven Orquesta Sinfónica de Valladolid durante los ensayos previos al estreno de la Novena de Beethoven en castellano JOSV En esa clave, ambos se pusieron a trabajar con emoción y entusiasmo, aunque parte de su entorno no pensaba lo mismo. «Algunos utilizaban la palabra osadía y nos decían que si nadie había traducido al español esta obra en doscientos años, por algo sería, ¿no?», reconoce Aganzo. Pero su respuesta era siempre inmediata. «Bueno, si nadie lo ha hecho en doscientos años, alguien tendrá que hacerlo primero. Siempre ha dado la sensación de que había una barrera con el idioma, una barrera inexplicable», asegura. Aunque enfrentarse a Beethoven no es sencillo. Hace falta valor, confianza y apoyo. «Beethoven no es precisamente un gran autor vocal. No es un opositor de óperas, pero, tiene una música de una fuerza tan extraordinaria que, sin ninguna duda, la letra tiene que estar al servicio de esa música. Da respeto», asegura. Durante el proceso de trabajo, se dieron cuenta de que el prejuicio por utilizar el castellano en una obra de tal envergadura era algo que trascendía a otras disciplinas y no era algo nuevo. «Es algo que nos viene a los españoles desde la leyenda negra, después del esplendor del Siglo de Oro, esa especie de pesimismo o de decadencia o de no creer en nosotros mismos», asegura Aganzo. Uno de los criterios que utilizaron para comprobar si esta adaptación podía tener éxito o no era el coro. Si el coro estaba cómodo y podía ejecutar correctamente la obra, ese era el camino por el que debían ir. El estreno fue en Valladolid el pasado abril. «Fue muy emocionante porque sentías la emoción en los músicos. Los jóvenes vibraban. El coro cantaba con un entusiasmo extraordinario y eso se transmitía al público», afirma. Fueron muchos minutos de aplausos y apareció una sensación de haber ganado con nuestra lengua un territorio que le corresponde y que no se había hecho antes. Los que tacharon de osadía el hecho de traducir la novena de Beethoven al español eran ahora los que pedían a Aganzo y Monsalve que firmaran sus programas. «Estoy seguro de que este programa se va a hacer infinitas más veces, sobre todo en América Latina. Allí lo van a tomar como algo propio, estoy totalmente convencido». Y aunque asegura que son buenos tiempos para la música, apreciar este tipo de hitos como traducir al castellano una obra así no es algo usual. «Quizá en España hay tantísimo arte que no le damos importancia. Sin embargo, nos fascina ante cualquier cosa que viene de fuera, que puede ser tan buena como la que tengamos aquí o peor. Somos el único país que no tiene conciencia de su propia cultura. Y no, no la defendemos».
  2. Crítica de teatro 'Ifigenia' Autor Eurípides Dirección Alícia Gorina Adaptación Albert Arribas Escenografía Sílvia Delagneau y Josep Iglesias Vestuario Adriana Parra Caracterización Júlia Ramírez Espacio sonoro y música Arnau Vallvé Iluminación Raimon Rius Intérpretes Pere Arquillué, Emma Vilarasau, Pau Vinyals, Albert Pérez, Cèlia Castellano, Daniela Fumadó, Júlia Genís, Marta Ossó, Laura Roig, Neus Soler Lugar Teatre Lliure, Barcelona 3 Albert Arribas condensa en poco más de dos horas 'Ifigenia en Áulide' e 'Ifigenia en Táuride' de Eurípides : cosecha trágica del siglo V antes de Cristo. La inmolación de Ifigenia por decisión de su padre, Agamenón, para que la flota aquea parta con vientos favorables a la batalla de Troya, discurre con brillantez escenográfica en el primer tramo de la representación. Un convincente Pere Arquillué metaboliza las cuitas de ese padre que, por complacer a su hermano Menelao ( Albert Pérez ), se pone en contra de su esposa Clitemnestra (enérgica Emma Vilarasau ). Agamenón conduce a su hija a una muerte que solo la diosa Artemisa podrá evitar: Clitemnestra lo asesinará por ese sacrificio. Hasta aquí la adaptación 'comme il faut' de Eurípides, quizás con demasiada sangre a la vista y el Aquiles excesivamente gritón que encarna Pau Vinyals . Los coros, ingrediente anejo de toda tragedia griega, los compone un quinteto un tanto estridente. Con todo, si hubiera entreacto, la representación merecería el aplauso. Con 'Ifigenia en Táuride' las cosas se complican y la narrativa de esta adaptación se embarulla. Orestes, que en la primera parte era un bebé, ya es un hombre dispuesto a matar a su madre Clitemnestra para vengar la muerte de su padre Agamenón. Más sangre derramada en contra de las convenciones de la tragedia griega, pero eso no es lo más discutible: Alícia Gorina , la directora, ha decidido que Arquillué (antes Agamenón) se reconvierta en su hijo Orestes; e Ifigenia, salvada por Artemisa para que sea sacerdotisa en su templo en Crimea, deja de ser Marta Ossó –la intérprete en la primera parte– para que la encarne Emma Vilarasau: esta ubicuidad actoral obliga a Vilarasau a forzar la voz para poder diferenciar a la madre de la hija. Esa matización de tesituras peca en algún momento de cierto histrionismo. Una opción que enmaraña el último tramo de la historia y puede confundir al público no avisado. Si a eso añadimos un epílogo en el que Albert Pérez (antes Menelao) reaparece cual travestida diosa Atenea –ironía en la tragedia– el aserto cervantino de que nunca segundas partes fueron buenas se cumple en esta 'Ifigenia' que carbura a medias.
  3. Anna Allen es feliz cuando se sube a un escenario o entra en un plató cinematográfico o un set de televisión. Le fascina interpretar, siente su profesión con una intensidad desbordante, y hablar con ella sobre cine o teatro significa no poder apenas meter la cuchara en la conversación, tal es la pasión que muestra. A pesar de ello, la vida le ha alejado de los escenarios. La última vez que pisó uno fue hace casi trece años, cuando interpretó, en el Festival de Mérida, ' Antígona, Siglo XXI '. Ahora la actriz, conocida por su trabajo en series como 'Cuéntame', 'Acusados' o 'Paquita Salas', vuelve con un proyecto muy personal: ' Tierra baldía' , una obra basada en la ' Yerma ' de Federico García Lorca, escrita -y dirigida- por José Luis Algar a partir de una idea de la propia actriz. La función se estrena hoy, 3 de mayo, en la Sala Azarte de Madrid, y estará en cartel el domingo 5 y los viernes del mes de mayo. Maternidad, frustración sexual, relaciones disfuncionales, pasión, apariencias… son algunas de las cuestiones que aborda el monólogo (un formato que nunca ha probado). «Hazlo tú» «Yo tenía muchas ganas de hacer teatro -confiesa Anna Allen-, y un amigo me dijo un día: 'si quieres hacer algo, no esperes a que te llamen. Hazlo tú'. Eso me hizo pensar y un día, hablando con José Luis Algar, le conté una de las ideas que tenía, basada en 'Yerma'. Él convirtió mis ideas en palabras, y empezamos a trabajar a partir de ahí». Yerma es un personaje, dice la actriz, que le ha fascinado desde que lo leyó, hace muchos años. «Es un texto muy universal, los temas que se tratan en la obra se pueden desarrollar en cualquier momento y en cualquier lugar. Es una base ilimitada para crear, un prisma de infinitas caras». Lorca es «un gran inspirador -añade-; como otros autores apela a sensaciones y sentimientos que todos seguimos sintiendo. 'Yerma' tiene que ver con la frustración, con la soledad, con el deseo. Lorca hablaba del deseo femenino en una época en la que parecía que no existía; también de las expectativas que se ponen en una relación y se frustran porque no es como pensábamos que iba a ser. Paul Auster , que acaba de fallecer, decía que la vida nunca es una línea recta. ¿Y qué haces cuando te das cuenta de eso? ¿Puedes seguir o no? 'Tierra Baldía' tiene que ver con todo eso». Identificarse Asegura la actriz que es difícil no sentirse concernido por lo que Lorca escribió. Cualquier persona de cualquier generación puede sentirse identificada con lo que cuenta. «La maternidad es una cuestión eterna; qué significa para una mujer tener hijos o no tenerlos; cómo es juzgada, cómo se comporta según lo que se espera de ella. ¿Existe un manual de cómo ser una buena mujer» Dos de los pilares de 'Yerma' son la maternidad, su deseo y su frustración, y otro es la presión social . «Obviamente, hay mujeres con una necesidad increíble de ser madre, pero no tengo tan claro de si para otras mujeres es una necesidad real o está condicionado por la sociedad». La maternidad, en 'Tierra Baldía', es un símbolo. «Es ese anhelo porque te han dicho que con ella vas a ser completa y acabas convirtiéndola en algo que necesitas...Y bueno, a veces pasa y a veces no, porque en la vida no todo pasa como queremos». Libertad individual 'Tierra Baldía' es, asegura Anna Allen, un canto a la libertad. «Mi personaje sí siente la necesidad de ser madre, pero la obra defiende esa libertad individual. Muchas veces me planteo que a menudo creemos que algo como tener un hijo nos va a dar la felicidad completa . Yerma desea tener un hijo porque cree que va a alcanzar esa felicidad. Pero ¿qué le pasaría si lo tuviera? ¿Desaparecerían sus problemas? Probablemente no». Anna Allen hila unas ideas con otras, las palabras borbotean. Faltan apenas 48 horas para el estreno y su pensamiento hierve. De la maternidad pasa al deseo. «Parece que sea algo propio de los hombres, algo masculino. En la época de Lorca no se podía hablar del deseo femenino , no existía. Y es algo que está presente de algún modo en 'Yerma'. ¿Cómo lo vive esa mujer? Probablemente son sensaciones a las que no sabe ponerle nombre». 'Tierra Baldía' tiene una intención más femenina que feminista. Quiere contar sentimientos, sensaciones , más que reivindicar. «En el monólogo se habla de la identidad, de transitar o no por ese lugar que es lo que se espera de mí. Pero sobre todo quiere mirar al interior de una mujer con sentimientos que todos podemos entender. ¿Quién no se ha sentido solo? ¿Quién no se ha sentido juzgado? ¿Quién no ha sentido en un momento dado que no encaja? La obra tiene que ver con esa parte humana. Le está pasando a Yerma pero le podría pasar a un hombre. Hay sensaciones que son femeninas, pero José Luis y yo hemos querido retratar a un ser humano». Voz interna La obra, dice, siempre se pensó como un monólogo, «con todo el vértigo que provoca», porque en ella se escucha «esa voz interna que todos tenemos y que aquí se expresa en voz alta, dejando que salga en un lugar seguro para ella, que es el patio donde habita el personaje». Casi todo el tiempo. Lorca, insiste, entiende el alma femenina «porque entiende los sentimientos humanos de una manera muy profunda y se atreve a hablar de ellos. Es tan femenino porque es muy humano. Lo que cuenta es algo tan rico que aunque seas un hombre te vas a ver reflejado en él». Concluye la actriz diciendo que este monólogo le está ayudando a descubrir cosas que para entender de los demás aunque yo no las haya vivido; eso es ser actriz. Pero no quiere hacer terapia con esta obra. « El teatro siempre es muy terapéutico porque siempre es catártico, pero mi intención no es esa; mi intención es que el público pase un buen rato; si quiere pensar, que piense, y si no quiere, que no lo haga pero se entretenga».
  4. Crítica de teatro 'Los guapos' Texto y dirección David Trueba Escenografía y vestuario Beatriz San Juan Iluminación Pedro Yagüe Música y espacio sonoro Iñaki Estrada Intérpretes Anna Alarcón y Vito Sanz Lugar Teatro María Guerrero, Madrid 3 Conocido como director de cine, guionista y novelista, ' Los guapos ' es la primera incursión en el teatro de David Trueba . No era por ello escasa la expectación con que se esperaba el estreno de esta obra que, ya desde el título (homónimo al de una novela de Esther García Llovet ) prometía una nueva vuelta de tuerca en el universo de uno de nuestros creadores más sólidos. A David Trueba le gusta esa poética de las cosas normales dichas con... Ver Más
  5. Crítica de teatro 'El monstruo de los jardines' Texto Pedro Calderón de la Barca Dirección y versión Iñaki Rikarte Escenografía Mónica Boromello Vestuario Ikerne Giménez Iluminación Felipe Ramos Composición musical y espacio sonoro Luis Miguel Cobo Asesor de verso Vicente Fuentes Intérpretes Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico (Iñigo Arricibita, Xavi Caudevilla, Cristina García, Ania Hernández, Nora Hernández, Antonio Hernández Fimia, Pascual Laborda, Cristina Marín-Miró, Felipe Muñoz, Miriam Queba, María Rasco y Marc Servera) Lugar Teatro de la Comedia, Madrid 4 Transformar una comedia en tragedia sin desvirtuar el texto ni traicionar su espíritu no es tarea sencilla; tampoco lo es conseguir que un texto escrito en 1667 y con unos personajes procedentes de la mitología griega conformen una función... Ver Más
  6. A principios de los años noventa del pasado siglo, dos jovencísimos bailarines entraban a formar parte del recién creado Ballet Español de Madrid, que dirigía José Granero . En uno de los estudios de la Escuela de Danza Duque, donde ensayaban, miraban con los ojos muy abiertos las evoluciones de sus compañeros, que se referían a ellos como « los niños ». Lo siguieron siendo dentro del mundo de la danza española durante muchos años. Aquellos niños eran Ángel Rojas y Carlos Rodríguez , durante años un binomio indisoluble que, en el Nuevo Ballet Español -rebautizado después como Rojas & Rodríguez -, y durante más de veinte años, abrieron las ventanas del baile clásico español, siempre en riesgo de morir de nostalgia. La mitad de aquel binomio, Ángel Rojas, ha colgado las botas. A punto de cumplir cincuenta años -los cumplirá dentro exactamente de tres meses, el 30 de julio- ha decidido dejar los escenarios como bailarín, para centrarse en una carrera como coreógrafo, director y gestor que lleva ya ejerciendo desde hace años. El lugar elegido por el bailarín mostoleño ha sido el Corral de la Morería , para el que creó en su día dos espectáculos, 'El Arte por delante' y 'Duende'. «Le prometí a Blanca del Rey que la última vez que bailase sería en el Corral». Y allí, rodeado de amigos y admiradores, Ángel Rojas puso el punto final a su carrera como bailarín (aunque muchos creamos que volverá, aunque sea de forma eventual). Antonio Canales -con quien bailó su primer gran papel, el toro en 'Torero'-, La Lupi, Sandra Carrasco, María Mezcle, Antonio Campos, Gabriel de la Tomasa, Joni Jiménez, Curro de María, Bandolero, Sara Cano y la propia Blanca del Rey le arroparon sobre el emblemático escenario. Noticias Relacionadas estandar No 'Origen', la travesura flamenca de Eduardo Guerrero Julio Bravo estandar Si Cuando Madrid era una sucursal de Hollywood Julio Bravo No toca hoy hablar de su faceta como creador, en la que ha destacado su afán por dar pasos adelante sin soltar el lazo de la tradición, así como su ansia por profundizar en el flamenco y escarbar en sus raíces. Toca hablar del intérprete. Y Ángel Rojas siempre ha sido un bailarín eléctrico, soleado, de sólida técnica y una comunicativa efusividad. Con el tiempo su baile ha ido ganando sabor y adquiriendo firmeza y reciedumbre. Todo esto se vio sobre el escenario del Corral, un lugar envuelto en magia, en energía y en historia... En su baile final, Rojas lloró; sus ojos contuvieron las lágrimas, pero no sus movimientos, hipidos bailados llenos de emoción. La que sintieron todos los que asistieron a ' El último baile ', que ojalá sea solo el penúltimo.
  7. «Me parece que esta vez me he equivocado». La célebre frase de Tomás Bretón , que dijo al parecer a los músicos de la orquesta antes de atacar el preludio de ' La verbena de La Paloma ' el día de su estreno en el Teatro Apolo , el 17 de febrero de 1894, es ya historia de la zarzuela. El compositor salmantino se equivocó, efectivamente, pero de pronóstico. Porque la obra se convirtió, desde esa misma noche, en uno de los títulos más populares del género lírico español. Fragmentos como '¿Dónde vas con mantón de Manila'?, 'Una morena y una rubia' o 'Por ser la Virgen de la Paloma' trascendieron enseguida el escenario y hoy forman parte del acervo popular español. 'La verbena de La Paloma' vuelve la semana próxima al Teatro de la Zarzuela, donde estará en cartel hasta el 25 de mayo. Es una producción especial por muchos motivos. En primer lugar, por ser la primera vez que José Miguel Pérez Sierra baja al foso de la Zarzuela desde que es director musical del coliseo. Segundo, por la directora de escena, Nuria Castejón , perteneciente a una de las más ilustres sagas 'zarzueleras'; su hermano Rafa participa en el montaje, en el que estaba previsto que interviniera también el mayor de los Castejón, Jesús -se lo han impedido problemas de salud-. Y es especial, igualmente, porque la Zarzuela dedica las funciones a Miguel Roa , uno de los directores de orquesta que más defendió el género -fue director musical del teatro entre 1985 y 2011-, y que este año hubiera cumplido ochenta años. 'La verbena de La Paloma' -obra de apenas una hora de duración- se presenta esta vez con un prólogo escrito por Álvaro Tato : 'Adiós, Apolo'. «'La verbena...' no es ni un texto ni una partitura; es un espíritu», dice el dramaturgo, que ha imaginado el ensayo de la última función del mítico Teatro Apolo de Madrid, bautizado como la catedral del género chico, y que cerró sus puertas el 30 de junio de 1929 con un programa que incluyó, precisamente, la obra de Tomás Bretón. «Es una carta de amor a un género», añade Tato, que lo extiende también a la producción entera. Sus responsables y sus intérpretes coinciden en señalar que esta 'Verbena' es un homenaje también a la profesión, al oficio de actor, representado en Rafael Castejón y Pepa Rosado , padres de la directora de escena y artistas que durante años dignificaron los elencos de cualquier montaje de zarzuela. «Cuando veo Castejones en mis repartos me relajo», dice Pérez-Sierra, que se define como «más madrileño que el Oso y el Madroño» y que procede también de familia musical -su tío fue el tenor Miguel Sierra-. El reparto de 'La verbena de La Paloma' lo encabezan Antonio Comas (Don Hilarión), Borja Quiza (Julián), Milagros Martín (Señá Rita), Carmen Romeu (Susana), Ana San Martín (Casta), Gurutze Beitia (Tía Antonia), Sara Salado (Cantadora) y Rafa Castejón (Tabernero); todos interpretan otros papeles en el prólogo de Álvaro Tato. Entre los intérpretes figuran siete participantes en las distintas promociones del Proyecto Zarza , que presentó hace cinco años la zarzuela de Tomás Bretón en una singular versión de Pablo Messiez. El Coro Titular del Teatro de la Zarzuela y la Orquesta de la Comunidad de Madrid completan el equipo artístico, en el que figuran tambien Nicolás Boni (escenografía), Gabriela Salaverri (vestuario) y Albert Faura (iluminación).
  8. El 25 de abril de 1974, apenas media hora después de la medianoche, la emisora portuguesa Rádio Renascença emitió una canción prohibida de José Afonso: « Grândola, vila morena , terra da fraternidade...» Era la señal que esperaba un grupo de militares, reunidos bajo el nombre Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA), para iniciar un golpe militar que acabaría con medio siglo de dictadura en el país vecino. A aquel levantamiento se le conoce como la ' Revolución de los Claveles '. Ese mismo día, en España, se hablaba del Atlético de Madrid , que el día anterior había logrado el pase a su primera final de la Copa de Europa al vencer al Celtic de Glasgow en la vuelta de una eliminatoria que había comenzado con un bronco partido en Escocia. En aquel histórico día comienza la historia que ha imaginado Emma Riverola y que, con el título de 'Claveles', ha subido a escena en el Teatro Rojas de Toledo, dirigida por Abel Folk , él mismo intérprete de la obra junto a Silvia Marsó. Paco Azorín firma el espacio escénico y la iluminación, y Patricia Monné el vestuario. A aquella esperanzadora Lisboa viajan tres jóvenes estudiantes españoles con desbordantes inquietudes políticas : Violeta, Javier y Ramón. La autora sitúa su obra justo cincuenta años después de aquel día; los dos primeros se reúnen por vez primera después de muchos años (y muchos rencores contenidos) con motivo de la muerte del tercero, pareja de Violeta y el mejor amigo de Javier. Éste llega con un ramo de claveles en las manos y se disculpa por el retraso. Ella, visiblemente molesta, le dice: «Un poco tarde sí llegas». «Una hora larga», responde él. «O 40 años», sentencia ella. La obra es un combate, a veces de sibilina esgrima y otras de crudo boxeo, en el que los recuerdos, los reproches y las revelaciones se trenzan para componer una historia que viaja por la nostalgia y el humor. «Llegamos a los cincuenta años de la revolución de los claveles -explica Abel Folk, su director y protagonista masculino-. Poco después llegó (por otro camino) la democracia a España. Podemos decir pues que se cumplen cincuenta años de las democracias ibéricas . Es un buen momento para reflexionar sobre este hecho y para celebrarlo. ¿Qué hemos hecho con nuestras democracias? ¿Qué hemos hecho bien? ¿Qué hemos hecho mal? Probablemente la función del teatro no es responder a estas preguntas, pero sí formularlas». En 'Claveles', efectivamente, se plantean muchos interrogantes. La historia de los tres amigos, de su amistad y su desencuentro, se mezcla con una reflexión sobre la clase política, sus ambiciones y sus ideales, enterrados en ocasiones por la realidad. «¡Puedo cagarme en todo! -dice el personaje de Violeta en un momento dado- En esa puta unidad que habéis convertido en un búnker. Desconfiáis de todos los que os molestan : intelectuales, escritores, artistas, asociaciones, ¡fuera cualquiera que os exija más! Buscáis la obediencia. Clamáis contra el neoliberalismo y aplicáis su lógica». 'Claveles', que tras su estreno en Toledo detiene su camino hasta enero del año próximo, en que empezará a girar por toda España, aborda también cuestiones como el abuso sexual, la traición, el deseo, la memoria, en un texto que en ocasiones se escapa hacia terrenos demasiado abstractos: la pretendida indeterminación política (se supone que son dos personas de izquierdas, pero siempre se habla del «partido» o de los «líderes» sin más concreción) contribuye a esa nebulosa; ésta desaparece en otros momentos, en que la función se convierte en una pelea carnal, viva, con diálogos de una gran brillantez. Noticias Relacionadas estandar No 'La Florida': cinco personajes en busca de género (y de asesino) Julio Bravo estandar No '#PuertasAbiertas', el terror de una noche de noviembre en París Julio Bravo «'Claveles' quiere ser un ejemplo de teatro en estado puro, teatro de palabra y a través de la palabra, teatro de ideas y de emociones», dice Abel Folk, que presta a su personaje, un político en el más amplio sentido del término, serenidad y sosiego. Silvia Marsó, en un papel muy alejado de lo que ha hecho hasta ahora, encarna con acierto a una mujer vivaz que guarda un volcán dentro, siempre a la espera de explotar, y que, siendo la más inteligente del triángulo, ha vivido siempre a la sombra de los dos.
  9. Sentado de espaldas al espejo que panela la pared del estudio, Antonio Banderas ríe con ganas una de las frases que pronuncia María Adamuz . También lo hace unos minutos más tarde cuando Miquel Fernández hace una réplica. A Banderas se le ve feliz... Acaba de echar a andar su nueva aventura teatral en el Teatro del Soho de su Málaga natal. «Es el cuarto musical que hacemos -recuenta-, y casi de forma consecutiva nos vamos a meter en el quinto. Es una voracidad teatral extraordinaria -sonríe-. Sí, una locura: ese lugar pequeñito llamado teatro, donde se hace la vida grande». 'A Chorus Line', 'Company', 'Godspell', y ahora 'Tocando nuestra canción' ('They're playing our song'), una comedia musical de Neil... Ver Más
  10. Dice Belén Rueda , que lleva desde enero con el personaje de Salomé a cuestaas, que hay ocasiones en que al terminar la función no se acuerda de lo que ha hecho en el escenario. «Con el texto aprendido y las intenciones generales de la función me permito alguna vez dejarme llevar por el personaje y por lo que está sucediendo. Al final de la obra, Salomé entra en un estado de locura, se desbordan todos sus sentimientos, y me fascina poder vivir cada función como si fuera el primer día». Ese primer día al que se refiere la actriz se remonta al 9 de agosto; en el Festival de Teatro Clásico de Mérida se estrenó 'Salomé', con texto y... Ver Más