Considerar:
No hay camino para la paz, la paz es el camino.
Mahatma Gandhi (1869-1948) Político y pensador indio
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'Testigo de cargo', un thriller de Agatha Christie, «una gran relojera de tramas»
«¿Qué es lo que debe encerrar una pieza del género detectivesco para triunfar ante el público?» -se preguntaba Alfredo Marqueríe , cuando se estrenó en España ' Testigo de cargo '-. El propio crítico de ABC señalaba las virtudes de la obra de Agatha Christie que la conectaban con los espectadores: «Una exposición fácil y cumplida, en la que conocemos el tema y los personajes, unos tipos muy definidos: algún detalle de gracia o de humor costumbrista para paliar en determinados momentos el dramatismo y, sobre todo, un ritmo, una táctica especial en el desarrollo del asunto para que las sospechas se entrecrucen, apunten primero en una dirección y luego en otra, orienten y desorienten y, al fin, lleven al... Ver Más -
'Un monstruo viene a verme', cuentos para aceptar la verdad
Desde hace una década, La Joven , compañía teatral liderada por David R. Peralto y José Luis Arellano García , desarrolla una impagable labor destinada al público adolescente y joven, probablemente el más reticente a llenar los patios de butacas. Unos 27.000 escolares ven cada año alguno de sus montajes, pensados expresamente para ellos e interpretados en su mayoría por jóvenes de su edad o, al menos, cercanos a ellos. El nuevo montaje de La Joven -' Un monstruo viene a verme '- es profundamente coherente con esta doble intención de sus trabajos, donde lo teatral tiene una extensión social o educativa, y que en esta ocasión es la relación de los jóvenes con el cáncer -la Asociación contra el Cáncer es aquí la colaboradora de la compañía-. Parte de la novela de Patrick Ness , que fue adaptada al teatro en 2018 por Sally Cookson y Adam Peck , creada con la compañía joven del Bristol Old Vic británico (y llevada al cine por Juan Antonio Bayona ). 'Un monstruo viene a verme' cuenta la historia de un chico de 13 años, Conor, que ha de enfrentarse a la enfermedad terminal de su madre; su padre vive en otro continente y a su abuela la ve como un enemigo más que como una ayuda. Conor, además, sufre 'bullying' en el colegio y muestra una actitud huraña que le hace rechazar la ayuda que le ofrecen profesores y compañeros. Cada noche, a las 12,07, recibe la visita de un 'monstruo' procedente del árbol -un viejo tejo- que se levanta junto a su casa y que le cuenta un cuento que, finalmente, servirá para abrir los ojos al joven, La adaptación escénica de la novela de Patrick Ness es conmovedora, emocionante, nada sutil en su intención: tocar el corazón de los espectadores, ablandarlos y, tal vez, hacerles reflexionar. José Luis Arellano ha creado un espectáculo esquemático, con la única escenografía de unas sillas que mueven los propios intérpretes y un gran árbol lleno de pantallas que preside la escena. Su puesta en escena es dinámica, fresca; los elementos 'fantásticos' que posee el relato quedan en un segundo plano frente a la historia de Conor, al sufrimiento interior de un chico que se resiste a aceptar la realidad -«Debes decir la verdad o nunca dejarás atrás esta pesadilla», le dice el monstruo- y cuya pelea es con él mismo. Arellano cuenta con una magnífica aliada: Elisa Hipólito , que encarna al protagonista, al que presta una dulzura y una vulnerabilidad emocionantes. Hija de los actores Carlos Hipólito y Mapi Sagaseta (de casta le viene al galgo), la joven actriz muestra desde que se encienden las luces una reveladora actitud; posee además aplomo y sinceridad. Le acompaña un estupendo reparto de 'veteranos y noveles' en el que destacan una siempre conmovedora siempre Cristina Bertol como la madre de Conor y el imponente Eduardo Aguirre de Cárcer como Monstruo. -
'Maria Stuarda': La muerte es el destino supremo
La oscuridad general como espacio de sospecha. La presencia de un gigantesco globo crucífero que domina el escenario desde la altura. El suelo inclinado, en realidad una plataforma elevada que hace evidente la tragedia. La presencia en bajorrelieve de ojos y orejas que escrutan la escena. El rojo sanguíneo que perfila el bosque y tiñe el vestido final de la condenada. Hay un profundo desasosiego en la reunión de elementos que conforman la escena que David McVicar ha inventado para 'Maria Stuarda' y que anoche se estrenó en el Teatro Real. Un espacio de naturaleza fúnebre que dice mucho sobre la ópera de Donizetti y sobre el orgulloso encuentro de dos reinas: Maria Stuarda (María Estuardo), reina católica de Escocia,... Ver Más -
'La rosa del azafrán', una zarzuela entre alarmas y apagones en Kiev
«Nos ha ocurrido varias veces; en medio del ensayo, se han ido las luces del teatro, pero no importa: los técnicos colocan unas lámparas led que iluminan solo lo necesario para que la gente no se caiga, y seguimos ensayando a oscuras como si nada». Lo cuenta desde Kiev Ignacio García , que este viernes estrenó en el Teatro académico nacional de opereta de Kiev ' Shafranova Troyand ' -transcripción fonética de la traducción ucraniana de ' La rosa del azafrán '. «Y cuando suenan las alarmas -sigue su relato García- bajamos al refugio y a veces damos notas ahí. Es una manera muy peculiar de trabajar, pero resulta muy emocionante ver cómo los artistas ucranianos aguantan y siguen pese... Ver Más -
'La sylphide', clásico en el sentido más amplio de la palabra
' La sylphide ' es no solo un título fundamental y significativo en la historia de la danza. Es también una excelente piedra de toque para cualquier compañía de danza, y más si, como la española, ha tenido una historia corta pero llena de vaivenes y cambios de rumbo. Que esté en el repertorio de la Compañía Nacional de Danza (CND) es muy satisfactorio, y que Muriel Romero , su nueva directora, comience con la producción de este título, programado por su antecesor, signo de la normalidad que ha de haber en los relevos de las direcciones artísticas. Que el Teatro de la Zarzuela haya decidido volver a programarla (se estrenó en estas mismas fechas del año pasado) se debe... Ver Más -
'El maestro Juan Martínez que estaba allí': un pícaro poco apasionante
Adaptación de la novela de Chaves Nogales publicada en 1934, cuenta las encrucijadas de una biografía en medio de las encrucijadas de la historia europea de hace un siglo. Juan Martínez es un pícaro, un bailaor flamenco que vio la picaresca de la revolución bolchevique y todo el sinsentido que poseen las utopías cuando se convierten en un baño de sangre. Chaves lo conoció en París y se quedó fascinado con su relato, con ese ir cada vez más lejos por una Europa que acababa de sumirse en la Primera Guerra Mundial y en que surgió un sistema político tan siniestro, como el comunismo ruso. A Juan Martínez no le interesó la política, solo le interesó salvar su pellejo, es... Ver Más -
'El misantrop', Molière ante la galaxia influencer
«No pretendo cambiar el mundo, intento que el mundo no me cambie a mí». Lo afirma Alceste, el misántropo que Molière creó en 1666, ahora con los ropajes de 2024. Trascurridos tres siglos y medio de aquella pieza de postrimerías la hipocresía y la autocensura siguen siendo monedas de cambio para la aceptación social. Malos tiempos antaño e igual de malos hogaño para una productora discográfica llamada Misántropo Récords . Todo lo que digas sinceramente será tomado en tu contra. Y Alceste lo dice. Un niñato de su empresa le propone escuchar la bazofia que compone. Y Alceste expresa lo que realmente piensa de la canción, aquello que el niñato no esperaba escuchar. Molière se adelantó a Nietzsche en la... Ver Más -
'Alegría', del Circo del Sol: catarata de belleza, emoción y poesía
Cuando, hace un cuarto de siglo, el Circo del Sol visitó Madrid por primera vez, casi nadie asociaba al espectáculo circense las palabras belleza, poesía, ternura... Cualidades que llevaba cosidas ‘ Alegría’ , la primera cita de la compañía canadiense con el público español, con el que inició desde entonces un idilio inquebrantable. El Circo del Sol ha recuperado aquel emblemático espectáculo, con el que comenzó su despegue y con el que sentó las bases del nuevo arte circense ; un arte que aúna teatro y circo, que viste de fantasía los deslumbrantes y asombrosos números acrobáticos, contorsionistas, los vuelos en trapecio... Incluso el humor, tantas veces naïf, de los payasos. Estos conforman la columna vertebral de la nueva versión de ‘Alegría’, subtitulada ‘ Bajo una nueva luz ’, que tras visitar Málaga, Alicante y Sevilla acaba de desembarcar en Madrid. ‘Alegría’, hay que decirlo en primer lugar, ofrece al espectador una imaginativa y exuberante catarata de imágenes, de sensaciones, de emociones. Es un espectáculo en el que todos los elementos tecnológicos, artísticos, humanos... se funden para conseguir una unidad Quienes hayan visto otros trabajos del Circo del Sol encontrarán en este ‘Alegría’ pocas sorpresas, pero admirarán su soñador y barroco vestuario, su envolvente música –cuando suenan los primeros compases de la canción ‘Alegría’ el público se une a los intérpretes–, sus pasmosos números circenses, su humor entre tierno e infantil –asombra cómo gags tan simples pueden generar tanta diversión, aunque la profusión de las escenas de payasos lastre, y es la única pega que se le puede poner, el equilibrio del espectáculo–, su precisión tanto escénica como técnica... El resultado es un espectáculo de una belleza arrebatadora. Lo enhebra un levísimo hilo argumental, que es el principal enganche con el original ‘Alegría’. En un reino que ha perdido a su Rey, el bufón de la corte, el señor Fleur , intenta torpemente hacerse con el trono, mientras en la calle surge un creciente deseo de cambio para desafiar el ‘statu quo’ y traer alegría al mundo. Dos clowns, disparatados y absurdos (los interpretan dos españoles, Pablo Gomis y Pablo Bermejo ), son junto a Fleur los personajes que engarzan los números circenses con una historia de amistad llena de ternura y candidez, y protagonizan uno de los momentos más impactantes y emblemáticos de ‘Alegría’; la tormenta de nieve, que creó el payaso ruso Slava Polunin. Barras acrobáticas, rueda Cyr (un gran anillo en el que se integra el intérprete), trapecio sincronizado, cuchillos de fuego, telas aéreas, hula hoop, ‘power track’ (frenéticos saltos sobre trampolines entrelazados), equilibrio sobre manos y contorsionismo son, junto al deslumbrante número final de trapecio volant e –sin duda, el momento más espectacular del espectáculo, con vuelos y ejercicios que quitan la respiración y provocan espontáneos suspiros en el público–, los distintos actos que componen ‘Alegría’. No se sabe si admira más la precisión y la perfección técnica con la que están ejecutados o la exactitud con la que todo está encajado. El arte circense debe mucho, sin ninguna duda, al Circo del Sol (o Cirque du Soleil , como les gusta a sus creadores que se diga), que lo ha transformado completamente, que le dio carta de naturaleza teatral y un nuevo impulso escénico. ‘Alegría’ resultó fundamental para ello, y esta nueva versión es una estupenda ocasión para reencontrarse con este arte fascinante e hipnótico. -
Muriel Romero toma el testigo de Joaquín de Luz con la puesta en escena en la Zarzuela de 'La sylphide'
Tres meses después de asumir la dirección de la Compañía Nacional de Danza , Muriel Romero toma el testigo de su antecesor, Joaquín de Luz, en el Teatro de la Zarzuela (del 12 al 22 de diciembre). Y lo hace con ' La sylphide ', en una producción que vio la luz en este mismo escenario hace un año. Lo hace, dice la directora de la compañía, «por devoción y no por obligación». 'La sylphide' es, con toda seguridad, el mayor emblema de un coreógrafo, el danés August Bournonville (1805-1879), que desarrolló un estilo muy personal, cuyo legado ha mantenido a lo largo de los años el Royal Danish Ballet . Se caracteriza por su elegancia, y es un estilo de baile etéreo, que muestra una mayor rigidez en el tronco que otras escuelas, y en el que los movimientos son generalmente más pequeños y menos expansivos. Aunque Filippo Taglioni estrenó en la Ópera de París un ballet con el mismo tema en y título en 1832, fue la versión que hizo Bournonville cuatro años después, con música de Herman Severin Løvenskiold y libreto de Adolphe Nourrit , la que ha sobrevivido; es, de hecho, el ballet más antiguo que existe. La producción que presenta la Compañía Nacional de Danza la ha puesto en pie Petrusjka Broholm , vinculada al Royal Danish Ballet desde niña y que conoce a la perfección el repertorio de Bournonville. Para montar esta versión -en la que ha contado con la colaboración de Arantxa Argüelles , que estuvo también en la compañía danesa y bailó el papel principal de este título- realizó una investigación de más de seis meses en la que vio versiones del ballet, dice Broholm, «y así conseguir una versión lo más parecida al original sin que pareciera antigua». 'La silphyde', prototipo del ballet romántico, sucede en Escocia. Un joven, James, está comprometido con Effie. Una noche, mientras duerme, entra por la ventana de su casa una sílfide -un ser etéreo, invisible y de gran belleza-. Los dos se enamoran, pero al ser la sílfide un ser inmortal, James decide visitar a la bruja Madge, que está a su vez también enamorada de James. La bruja le entrega una poción y hace creer a James que con él se le caerán las alas a la sílfide y perderá su condición de inmortal; sin embargo, el bebedizo, en realidad, mata a la sílfide. La italiana Giada Rossi y el cubano Yanier Gómez Noda encarnarán en la primera noche (12 de diciembre) a la pareja protagonista. Los dos destacan la exigencia técnica de sus papeles, «aunque tenemos que hacer que parezca que no nos cuesta nada», coinciden los dos. «Es el peso del cuerpo el que hace el movimiento», dice Rossi, que destaca que el estilo Bournonville exige una fuerza técnica sin perder el estilo romántico, y requiere un gran trabajo de pies y mucha limpieza en el salto». «Tiene igualmente -añade Broholm- un modo de usar las puntas diferente del de Petipa, por ejemplo». -
'Todos pájaros', Romeo y Julieta en Oriente Medio
Apenas una semana después de que el Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid presentara la obra de Wajdi Mouwad 'Journée de noces chez les Cromagnons', presentada por La Colline - théâtre national, que él mismo dirige, otro texto del autor libanés -«uno de los más dramaturgos más profundos, poliédricos y comprometidos de los tiempos actuales», en palabras de Mario Gas - sube a escena en los Teatros del Canal . Se trata de ' Todos pájaros ', una obra estrenada en 1917 en París y que llega ahora de la mano de Pilar de Yzaguirre , en un montaje que dirige el propio Gas y que interpretan Aleix Peña Miralles, Candela Serrat, Vicky Peña (que ha asumido el papel que inicialmente estaba previsto que interpretara Núria Espert ), Manuel de Blas, Pere Ponce, Anabel Moreno, Lucía Barrado, Juan Calot, Núria García y Pietro Olivera. 'Todos pájaros' es un 'Romeo y Julieta' contemporáneo , donde Capuletos y Montescos son judíos y árabes y Verona se traslada a Israel. Pero éste es solo el punto de partida. «Wajdi Mouawad no es un autor de 'agitprop' ni un autor didáctico. Tiene la vocación de explicar las historias narrativamente, con un lenguaje potente, directo, a veces metafórico, y con situaciones, personajes y relaciones envueltas en un clima poético. Al mismo tiempo, entra muy directamente y de manera muy dura a partir de lo que él conoce y ha sufrido en su propia piel, como un niño libanés nacido en una época de conflictos. Su mirada sobre ese lugar del mundo es una metáfora terrorífica de todo el desentendimiento que hay entre los seres humanos. Las identidades perniciosas, las paradojas de quererse uno y despreciar al otro, de no saber realmente quién eres; los conflictos del poder, las luchas ancestrales, los cuchillos clavados en la garganta individuales y colectivos a lo largo de generaciones... Todo eso genera un cuerpo que está presente en casi todas las obras de Mouawad». El propio autor se refiere a la leyenda del pez anfibio para aproximarse a su obra. Cuenta que un pájaro que surca el mar y ve los peces en su interior siente la curiosidad de entrar en su mundo, tan distinco. Alguien le advierte «Nunca te acerques a esas criaturas. No pertenecen a nuestro mundo ni nosotros al suyo. Si vas a su mundo, morirás; igual que ellos morirán si deciden acercarse a nosotros. Nuestro mundo los matará y su mundo te matará a ti. No estamos destinados a encontrarnos». El pájaro desiste pero años después decide probar, y en cuanto cruza la superficie del agua, le crecen branquias que le permiten respirar y les dice a los pecees que es uno más de ellos. «Esta historia de mutación -dice Mouawad-me conmociona por lo que dice de nuestra época, de nuestro mundo y de nuestra relación con el otro, con el enemigo, por así decirlo». La obra, sigue Mario Gas, «habla de los errores a los que te puede llevar la identidad, la paradoja, el azar. Y se crea un entresijo de relaciones humanas. Todas las identidades que se desarrollan por caminos falsos no son más que impedimentos para que todos nos entendamos y seamos lo que, en definitiva, somos: diferentes pero muy iguales». «El otro, el diferente, el extraño, el extranjero, todos, todos, somos o deberíamos ser 'nosotros' -añade el director-. El olvido de esta elocuente y rotunda realidad nos conduce inexorablemente a un lugar inhóspito: la casa de la hecatombe». No esconde Mario Gas su admiración por el dramaturgo canadiense de origen libanés, del que ya dirigió ' Incendios ', uno de los más desasosegantes y fascinantes montajes del teatro español reciente. «Es un autor que, cuando lo lees, te penetra, te desarma. 'Todos pájaros' tiene una estructura conceptual, poética, con reminiscencias de la tragedia griega, y además aborda, de una manera políédrica, el palestino-israelí, tan actual estos días, como metáfora de las fagocitaciones y enfrentamientos históricos entre comunidades que parece que son diferentes y no lo son tantos. Es un texto al que uno no se puede sustraer, y a cualquier director, al leerlo, le entran muchas ganas de ponerlo en escena».
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