En el mundo de la danza española, todo el mundo se refiere a José Granero (1936-2006) como «el maestro», un significativo apelativo para mostrar el respeto que se tiene por la figura de este coreógrafo nacido en Buenos Aires, formado en Nueva York -llegó a ser elegido para formar parte del elenco de ' West Side Story ', pero no pudo participar en el estreno-, que bailó después al lado de figuras como Pilar López o Mariemma , antes de forjar una brillante carrera creativa. El Ballet Nacional de España (BNE) rinde ahora, en el Teatro Real , un homenaje al 'Maestro Granero', con el estreno de un programa que incluye cuatro de sus coreografías: 'Leyenda (Crónica de un amor no consumado)' ', el paso a dos de 'Cuentos del Guadalquivir' , 'Bolero' y 'Medea' , su más aplaudido trabajo, que el propio BNE estrenó en 1984. El espectáculo -que estará en el Teatro Real del 16 al 19 de octubre- incluirá además dos solos: ' Segunda piel ', creado y bailado por Miguel Ángel Corbacho, y ' Arriero ', de Eduardo Martínez e interpretado por el propio bailarín. En el foso estará la Orquesta Titular del Teatro Real (que en 1984 estrenó, como Orquesta Sinfónica de Madrid, 'Medea' en el Teatro de la Zarzuela), bajo la dirección de Manuel Coves. 'Medea' es sin ninguna duda una de las obras fundamentales de la historia de la danza española; Rubén Olmo , director de la compañía, va más allá y habla de «la obra cumbre de la danza española». El Ballet Nacional, dirigido en aquel tiempo por María de Ávila , reunió para esta creación a José Granero (coreografía), Manolo Sanlúcar (música), Miguel Narros (guion y vestuario) y Andrea d'Odorico (escenografía), a los que se sumó Manuela Vargas como protagonista. Casi inmediatamente, la obra se convirtió en el emblema del BNE, que la llevó en los años siguientes a escenarios como el Palacio del Kremlin, en Moscú (1987), o el Metropolitan Opera House de Nueva York (1988). 'Medea' se basa en la tragedia de Eurípides; Medea, hechicera y maga, ha huido de su casa tras traicionar a su padre, asesinar a su hermano y ayudar a robar el Vellocino de Oro al aventurero griego Jasón, a quien ama. Juntos viven con sus dos hijos viven en Corinto. Es el reino de Creonte, que ofrece Jasón que se case con su hija, lo que éste acepta, para lo que repudia a Medea. A partir de ahí se desencadena la tragedia que llevaron al lenguaje de la danza Granero, Narros y Sanlúcar. En estas actuaciones del Teatro Real, para las que se ha contado con Javier Palacios (uno de los artistas más cercanos a Granero en los últimos años), se alternarán en el papel de Medea Eva Yerbabuena -«es un auténtico privilegio bailar esta coreografía tan grande con una música tan grande»- y Maribel Gallardo , que fue Creúsa en el estreno de la obra en 1984 y que ha defendido el personaje titular desde hace treinta años. «Ha sido un antes y un después en mi manera de entender la danza», dice la bailarina, que pone fin a su carrera con estas actuaciones. El resto del reparto lo componen Francisco Velasco (Jasón), Currillo de Bormujos (Creonte), Estela Alonso (Creúsa) y Lupe Gómez (Nodriza). En el foso, junto a la orquesta, los guitarristas Juan Carlos Romero, Paco Jarana y Enrique Bermúdez, y el percusionista flamenco Agustín Diassera. La pieza que abrirá el programa, 'Leyenda (Crónica un amor no consumado)', coreografiada por Granero sobre música de Isaac Albéniz y José Luis Greco, se estrenó en 1994. Será interpretado por Débora Martínez o Miriam Mendoza junto a José Manuel Benítez . El paso a dos de 'Cuentos del Guadalquivir', sobre el segundo movimiento de la 'Sinfonía Sevillana' de Joaquín Turina, vio la luz también en 1994, y contará con dos parejas que se alternarán en las funciones: Miriam Mendoza y Matías López (Días 16 y 19) y Débora Martínez y Carlos Sánchez (Días 17 y 18). 'Bolero', sobre la celebérrima partitura de Maurice Ravel, la incorporó el BNE a su repertorio en 1987. Encabezan su reparto Inmaculada Salomón , Eduardo Martínez (días 16 y 18 ) y Carlos Sánchez (días 17 y 19). El espectáculo se completa con el estreno de dos solos creados por sendos bailarines de la compañía: 'Segunda piel' (días 16 y 18 ), sobre música de Alessandro Scarlatti, coreografiado e interpretado por Miguel Ángel Corbacho (con Juan Carlos Garvayo al piano), y 'Arrieiro' (días 17 y 19), sobre música de Joaquim Nin Culmell, Geardo Combau y músicas populares, coreografiado e interpretado por Eduardo Martínez, acompañado por Juan Carlos Garvayo (piano), Xurxo Fernandes (voz y percusión) y Roberto Vozmediano (percusión).
Imanol Arias dejó un buen recuerdo en Buenos Aires cuando interpretó allí ' Calígula ', de Albert Camus. Por eso el productor argentino Pablo Kompel le llamó hace unos meses con una propuesta: una obra titulada ' Mejor no decirlo ' ('Fallait pas le dire', de la autora francesa Salomé Lelouch ). Mercedes Morán , una de las grandes figuras de la escena argentina, quería contar con el intérprete español para ponerla en pie. «Leí la obra, me gustó, y además era un momento en que me venía muy bien estar trabajando en Argentina -explica Imanol Arias-; así que fui para allí, y lo que iba a ser un proyectito se convirtió en más de cinco meses de funciones también en Chile y Uruguay; solo en Argentina tuvimos 97.000 espectadores». El actor comenzó a pensar en traer la función a España; en principio iba a venir Mercedes Morán, «pero le salió una serie con Netflix original», y como yo estaba muy ilusionado con el proyecto surgió el nombre de María». Se refiere Imanol Arias a María Barranco , su compañera de escenario en esta aventura que acaba de desembarcar en el Teatro Bellas Artes de Madrid bajo la dirección de Claudio Tolcachir , responsable también del montaje bonaerense. «'Mejor no decirlo' es una provocación, un disfrute de actuación -dice-. Dos jugadores encendidos, abriendo las puertas de lo que siempre pensamos que es mejor no mencionar, poniendo en duda todos los lugares comunes, cambiando el punto de vista con mucho humor, complicidad y una infinita ironía». La obra presenta a una pareja; cada uno viene de un matrimonio anterior y cada uno aporta sus propios hijos. «Llega un momento en la vida -cuenta Imanol Arias- en que ella le dice que hay que decir las cosas porque hablar es importante, y yo le doy la razón. 'Yo creo que te quiero por eso, porque no te callas', le dice mi personaje, un editor». «¿Qué hay por el medio de todas estas verdades que se hablan? -continúa-Que él tiene un secreto tremendo con su padre, que afecta a su relación con su madre y a muchas cosas. Y ese secreto que se abre al final es lo que hace que en algunas escenas él se ponga excesivamente nervioso con ella». De su personaje dice Imanol Arias que es «muy reacio al activismo diario que nos obliga a tener una postura, a tener un pensamiento único; es muy francés y muy dialogante. Puede estar de acuerdo con una idea pero tener reservas... Es un asunto muy de actualidad éste del pensamiento único y sin matices». En el mundo del entretenimiento, razona Imanol Arias, ha cambiado todo. «Antes se veía una serie de una hora, y la veía a las diez toda la familia, o leías una novela de un tirón. ahora cada uno ve una serie en su tableta. Parece que lo que interesa controlar es nuestro tiempo, por eso el pensamiento único es el mayor ladrón de nuestro tiempo personal». El teatro, «donde todos hacen lo mismo al mismo tiempo, es una especie de refugio. El teatro lleva 4.500 años sobreviviendo a todo porque es el único lugar donde unas personas se reúnen en un acto único a escuchar y ver algo a la vez. Y ahora que se habla tanto de lo cuántico , el teatro es tan cuántico, tan cuántico, que se puede dar que dos personas vayan a ver juntas una función y a una de ellas le parezca una maravilla y a la otra le haya parecido una mierda». María Barranco recuerda que llevaba como cuatro o cinco años sin hacer teatro; le hace ilusión regresar al escenario junto a Imanol Arias. «Ahora es un gran amigo mío, pero cuando yo llegué a Madrid, él ya era 'Imanol Arias'; todas las mujeres estaban enamoradas de él... Yo también, aunque nunca me hizo caso. Entonces yo no tenía teléfono en casa, pero él venía y desde el telefonillo del portal me contaba que había tal proyecto, tal otro... Me ayudó muchísimo». Además del hecho de poder trabajar junto a Imanol Arias, la actriz malagueña asegura que el texto le gustó muchísimo cuando lo leyó. Me gusta esta pareja; se quieren tanto... Ellos no discuten, dialogan. Son los dos muy curiosos. Ya me gustaría tener en mi vida una relación así. Me parece muy bonita». Imanol Arias prolonga el momento de los piropos. «Yo vengo de hacer la obra en Argentina con una grande, grande, grande, como es Mercedes Morán. Pero María es como el sol español , es diferente a todos. María ilumina su personaje, le da a la obra españolidad». Le toca ahora a Claudio Tolcachir, e Imanol recuerda que hace años trabajó con él cuando el argentino empezaba como actor. «Hacía un papelito en una película que estábamos haciendo en Buenos Aires. Le pregunté quién era y de dónde venía y me dijo que de Villa Devoto , lo que suponía que tenía que coger tres autobuses para llegar y como yo, al día siguiente no tenía que rodar, le dije a Producción que mi coche le recogiera a él para que no tuviera que hacer el trayecto en autobús. Ya entonces me parecía un actor estupendo. Y ahí empezó nuestra amistad. Claudio es un director con una precisión, un gusto y un buen humor extraordinarios... Es muy difícil que se ponga nervioso... Yo me he puesto nervioso de que él no se pusiera nervioso...» «Yo he trabajado -añade María Barranco- con muchos directores que son guardias de tráfico: 'vete para allá, vete para acá... Pero con Claudio ha sido como tocar el cielo. Ya me lo dijo Imanol, todo lo hace fácil».
Christian Simeón y Patrick Laviosa estrenaron en septiembre de 2006 en París ' El cabaret de los hombres perdidos ', un musical que obtuvo dos premios Molière y que contaba la historia de un local clandestino y sórdido del barrio dePigalle, en el París de los últimos meses de la II Guerra Mundial. En España se presentó hace diez años en una producción dirigida por Víctor Conde . Ahora vuelve al Teatro Maravillas (hasta el 23 de noviembre) en un montaje que tiene como responsable a Israel Reyes , que dirige a un reparto compuesto por Armando Pita, Leo Rivera, Cayetano Fernández y Supremme de Luxe . Reyes, adaptador del libreto (la letra española de las canciones lleva la firma de Alicia Serrat ), sitúa su versión en nuestros días, en un bar del barrio madrileño de Chueca a punto de cerrar, al que llega un joven magrebí huyendo de una paliza que le han propinado por su apariencia homosexual. Allí se encuentra con el Destino, un tatuador y Lullaby, que le curarán las heridas y escenificarán cómo puede ser su futuro. «¿Qué pasaría si tuviéramos la oportunidad de sentarnos con nuestro destinos y decidir cuál es el que más nos conviene?», explica Israel Reyes. «El texto -sigue el director- habla de lo que pierdes en la vida. Hay un juego con la muerte; todo el tiempo jugamos a representar cuál sería el futuro del protagonista». Tiene, añade, « humor muy negro , que tiene que ver con la muerte y la desesperación. Todo está tamizado por ese humor que convierte el espectáculo en una tragicomedia». «Es un bombón envenenado -añade Cayetano Fernández , que encarna a Dicky, el joven que aparece en el Tatoo Cabaret-, de apariencia dulce pero con sorpresa dentro. La pregunta que plantea la obra es: ¿Nuestro destino está escrito o lo decidimos nosotros? y todo el mundo se puede sentir concernido y preguntarse qué haría si estuviera en el lugar de Dicky». «La obra incomoda y si el teatro incomoda es porque está pasando algo en la calle», interviene Reyes para señalar la actualidad de la obra, de la que asegura que «es una historia que no tiene género aunque tenga un tinte LGTBI. Cabaret es sinónimo de morbo ; buscamos esa parte furtiva, ilegal... Y la obra tiene que ver también con no perder nuestras libertades». El musical original se presentaba únicamente con un piano. Reyes, sin embargo, la presenta arreglada para trío de jazz (piano, contrabajo y batería), que está sobre el escenario: «son tres actores más», concluye el director.