Policía Nacional desmanteló ocho plantaciones interiores de marihuana. Se han detenido a 15 personas como presuntos autores de los delitos de tráfico de drogas, pertenencia a organización criminal y de fraude de electricidad.
Se han realizado 18 registros domiciliarios en las localidades de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), Cabra (Córdoba), Utrera (Sevilla) y Alhaurín El Grande (Málaga).
Las plantaciones de interior desmanteladas contenían aproximadamente 3.400 plantas, y dos secaderos de cogollos de marihuana donde se intervinieron 26 kilos.
300.000 € en efectivo, 4 armas de fuego, 10 vehículos, 3 motocicletas y una ingente cantidad de útiles para el cultivo; lámparas, filtros y aires acondicionados han sido incautados.
La investigación se inició al descubrir a un grupo de personas dedicadas, presuntamente, al cultivo de interior de marihuana y a la venta de grandes cantidades de cogollos procedentes de dichas plantaciones. Los investigados pertenecían a una organización segregada en dos ramas, cuyo nexo de unión eran sus líderes, los cuales mantenían contacto continuo para tratar temas como la forma de cultivar, el precio de venta en el mercado ilícito o, incluso, la venta de la producción entre ellos mismos. Cada rama estaba formada por ocho y siete personas respectivamente, las cuales tenían su función claramente definida dentro de la organización.
Los detenidos poseían secaderos de cogollos en habitaciones habilitadas a tal efecto en sus domicilios, así como envasadoras al vacío para preparar la mercancía para su venta en grandes cantidades. Además tenían viviendas donde guardaban exclusivamente el dinero, normalmente custodiado por personas mayores, donde acudían los subordinados y deudores a cobrar su “salario”, así como centros de almacenaje de toda la infraestructura de cultivos de interior (aires acondicionados, filtros, bombillas, ventiladores, etc.) para recambio en caso de avería o instalación de nuevas plantaciones.
La organización tenía un modus operandi muy marcado, desplazándose siempre en dos o tres vehículos, uno que hacía de “lanzadera” (vehículo de seguridad que alertaba de posibles controles policiales) y otro que transportaba la droga. Su actividad era constante desde el inicio de la investigación, detectando hasta tres recolectas en cada una de sus plantaciones.
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